La escritora Elena Poniatowska declaró que las movilizaciones de los jóvenes deben seguir después de la elección presidencial del 1 de julio, sin importar quién sea el que gane la contienda.
Durante su visita a esta ciudad, comentó que las voces de los jóvenes son un reflejo del hartazgo que tienen sobre la clase política, y principalmente porque los jóvenes ya no quieren escuchar más mentiras, quieren participar.
En entrevista, mencionó que los jóvenes de la Universidad Iberoamericana tal vez nunca midieron el alcance que podría tener su manifestación y el revuelo que podrían generar, pero es un claro ejemplo del hartazgo que tienen, de culminar sus estudios y no tener un empleo, y no tener un futuro.
Recordó que desde 1968 a la fecha siempre le preguntaban por qué los jóvenes estaban como muertos, “pero de repente resucitaron”, lo que calificó como muy bueno, porque la patria ya los esperaba y serán los jóvenes una parte fundamental en la próxima elección presidencial.
“No es que los jóvenes tengan que votar a fuerza por López Obrador, el hecho de que no quieran votar por Peña Nieto no significa eso, pero sí significa que ellos sí van a participar, y es justo que lo hagan y haya un cambio en este país”, citó.
Manifestó que la movilización de los jóvenes es una gran esperanza, y las acciones de un joven son de entrega, y por eso debe ser heroico su movimiento.
La también periodista comentó que a diferencia de los jóvenes de 1968, los de ahora tienen a todos los medios puestos en ellos, cuentan con más accesos a los medios de comunicación y pueden penetrar a mucha más gente para que los sigan, no como antes, que sólo repartían algunos volantes.
Reiteró que ella rezará mucho porque gane la izquierda el próximo 1 de julio.
“Si no gana López Obrador, para mí será una tragedia. Acaba de morir Carlos Fuentes y él dijo varias veces que no imaginaba qué le podría pasar al país si ganaba Peña Nieto, y yo creo que sí se merece México una primera oportunidad para que gane la izquierda”, refirió.
Agregó que a ella le han ofrecido dirigir la dependencia encargada de la cultura en México, pero también reconoció que ella no tiene el carácter de mando.
“Yo nunca he sabido mandar, ni en mi casa mando, todos mandan menos yo. No me veo detrás de un escritorio contestando teléfonos o diciéndoles a las secretarias que busquen o llamen o hagan esto, no es mi carácter”, expuso.