Para una sociedad en la que crece el número de gente que está sola en el mundo, la tecnología ofrece una respuesta. Ya no se trata de inteligencia, sino de afecto artificial.

"Hola, soy el Robot del Momento Final. Estoy aquí para ayudarte y guiarte en los últimos instantes de tu vida", dice el dispositivo mientras su brazo metálico frota la mano del enfermo.

"Lamento que tu familia y tus amigos no puedan estar contigo ahora, pero no temas. Estoy aquí para reconfortarte", agrega.

Por ahora es sólo una instalación realizada por Dan Chen para que los curiosos ingresen a un hospital falso, entren en la cama falsa y se cubran con las sábanas falsas, para recibir el amor falso de la máquina.

Forma parte de su tesis de maestría en la Escuela de Diseño de Rhode Island, Estados Unidos. El objetivo que se propuso es impulsar la creación de tecnología que se conecte más profundamente con las personas.

Como su idea es que los pacientes perciban la interacción con el robot de forma consciente, no lo hizo parecido a un ser humano, sino que es un gélido entramado de tubos, cables y resortes. Como si quisiera demostrar que la tecnología puede reemplazar la afectividad del hombre sin necesidad de imitarla.

Chen aseguró que su única intención es demostrar sus preceptos, no hacer dinero ni promover la instalación de estos dispositivos en los hospitales.