En vísperas de la famosa Semana de la Moda de San Pablo, en el segundo piso de la enorme tienda de mascotas Pet Center, se ultiman detalles para el show: los estilistas terminan de peinar a las 'modelos', los fotógrafos preparan sus disparos y el DJ anima el ambiente con música electrónica. "¡Adelante, Tiffany!", anuncia el animador dando paso a una coqueta perra Lhasa de largo y sedoso pelo con un colorido tocado de pompones, que inicia el desfile de la "San Pablo Fashion Pet", que durante varios fines de semana del invierno brasileño se repetirá en distintas sucursales.
La cadena Pet Center, con 14 tiendas en San Pablo, organiza desde hace unos cinco años estos desfiles de moda para la temporada de invierno y verano. "Traigo acá todas las semanas a Rebeca para que la bañen y la peinen. Lo hizo muy bien en el desfile, aunque se veía un poco tímida", comentó a la AFP Elza Cruz, mientras mimaba a su perrita Yorkshire que iba vestida con un traje rojo de lunares blancos.
Según datos de la Asociación brasileña de la industria para mascotas, Abinpet, este mercado facturó en 2011 más de 12.000 millones de reales (unos 6.000 millones de dólares) destinados a unos cien millones de mascotas -perros, gatos, aves o peces, entre otros- en un país con 191 millones de habitantes.
Como muestra de los "mimos", la empresa Ice Pet elabora helados para perros y gatos "con ingredientes naturales y exclusivos", como dicen en su sitio web.
De su lado, la veterinaria Juliana Bechara Belo creó junto a su hermana chef la empresa La Pet Cuisine, que vende platos para perros con un menú de cordero con garbanzos y menta; risotto vegetariano o pollo con arroz y vegetales, por entre 12 y 14 dólares los 750 gramos.
"Nuestro cliente es de clase alta, porque los productos son caros. Ese era el mercado que queríamos alcanzar, aquellas personas que ven a los perros como alguien de su familia", contó Juliana Bechara a la AFP.
"El comportamiento del brasileño está mudando; ven a los perros no sólo como mascotas, también como compañeros, hijos o un amigo", coincidió Rafael Ernandi, encargado de prensa de Pet Center, donde los dueños de la perrita Tiffany gastan unos 250 dólares cada mes para mantener su pelaje.
Según estimaciones de la feria sectorial Fenapet -la última edición fue a mediados de mayo- Brasil tiene más de 100.000 puntos de venta de productos para mascotas y ocupa el cuarto lugar mundial en población de animales de compañía. "Los brasileños ya están en el segundo lugar en el ranking de consumo de productos para mascotas, sólo detrás de los estadounidenses", señaló en un reporte sobre este mercado en el gigante sudamericano, que tiene la sexta economía del mundo.
En las calles de Brasil se ven las tiendas de mascotas con servicios de veterinaria, estética o alimentación. Zapatitos, collares, shampús, tratamientos de hidratación o protección solar, baños higiénicos, uñas de silicona, cristales Swarovski o carritos que parecen coches para bebés. De todo hay para satisfacer los caprichos de los perros... o de sus dueños. Como William Galharde, el estilista que termina de arreglar el pelo de la cachorra Tiffany, "a los brasileños les gustan los perros bien 'producidos'".