En las dos primeras fotos de buena resolución que ha enviado el robot Curiosity desde Marte se aprecia un terreno pedregoso y, al fondo, el borde montañoso del cráter Gale en el que aterrizó el pasado lunes el robot. Además, sale en primer plano parte del propio vehículo, que es información siempre útil para los ingenieros que están ahora en la fase de verificación de todos los equipos e instrumentos que lleva.
El laboratorio rodante ha desplegado ya su antena principal, aumentando así el flujo de datos que envía y recibe del centro de control de la misión, en el Jwet Propulsion Laboratory (En California). También ha estirado el mástil que iba doblado durante el viaje desde la Tierra. En el extremo de ese mástil van instaladas cámaras con las que ha empezado a fotografiar el paisaje. El plan es que vaya girando para captar todo el paisaje a su alrededor y poder así montar un panorama de 360 grados. Las dos primeras instantáneas ya se han unido y forman la postal del día procedente del planeta rojo.
El vehículo lleva varias cámaras. Una docena (la mitad de reserva) se dedicarán a la navegación, es decir, servirán para que el ordeandor del robot se oriente e identifique los obstáculos cuando empiece a rodar por el suelo de marte. Unas cámaras van instaladas en el mástil y otras, en el brazo articulado para poder captar muy de cerca muestras del suelo o de la srocas que los científicos quieran analizar. Algunos equipos pueden tomar video y otros van emparejados y estan ligeramente separados (como ojos) para obtener vistas tridimensionales.