"Mi oponente (Mitt Romney) eligió a su segundo, el líder ideológico de los republicanos en el Congreso, Paul Ryan. Quiero felicitar a Ryan. Lo conozco y le doy la bienvenida a esta carrera", señaló un mesurado Barack Obama.
 
"Es un hombre decente. Es un hombre de familia. Es un elocuente portavoz para la visión del gobernador Romney, pero es una visión con la que estoy fundamentalmente en desacuerdo", agregó el demócrata.
 
La cautela de Obama se contrapuso a las reacciones de varios miembros de su partido, que retrataron a Ryan como un extremista, amante de los recortes de presupuesto y amigo de los ricos, que sería implacable a la hora de terminar con los programas sociales, estableciendo así una nueva línea de ataque antes de las elecciones del 6 de noviembre.
 
"Es una elección que entusiasmará a las voces más estridentes del Partido Republicano, pero que debería molestar a todo el resto", declaró David Axelrod, uno de los consejeros de Obama, quien calificó a la dupla opositora como propicia a enriquecer a los ricos y a dañar a la clase media.
 
"Lo que ha hecho Mitt Romney es elegir a alguien que tiene un plan económico y presupuestario que es favorable a gente como Mitt Romney", declaró por su parte el congresista demócrata Chris Van Hollen.