El Estado saldrá como garante de bonos emitidos por PSA Peugeot Citroën, que con gran rechazo político, este año anunció unos 8.000 despidos y el cierre de una fábrica en Francia.
Además, se le pedirá a un grupo de bancos que pongan a disposición liquidez por valor de 11.500 millones de euros, el equivalente a casi US$ 15.000 millones. PSA destacó que la filial, que financia la compra de vehículos y lleva el negocio de leasing, tiene actualmente ganancias pero sufre problemas para refinanciarse debido a la difícil situación general de toda la empresa.
A cambio, el gobierno francés podría exigir una reducción en los despidos, con la esperanza de contener un aumento del desempleo en un sector crucial de la economía.
Según el plan de salvataje, Peugeot Citroën no ofrecerá dividendos durante el período del programa, que sería de tres años, y no recomprará sus propias acciones. En tanto que la administración de Francois Hollande y los trabajadores tendrán un lugar en la junta de supervisión.
"Mi gobierno no tiene la intención de dar algo más, de ofrecer un regalo sin nada a cambio", afirmó el primer ministro Jean-Marc Ayrault en declaraciones a la radioemisora France Inter.
Ésta es la primera intervención estatal en la industria automotriz de Francia desde el paquete de préstamos por 6.000 millones de euros (US$ 7.811 millones) a Peugeot Citroen y Renault entre los años 2008 y 2009, cuando la economía francesa convalecía de una crisis financiera desatada por la recesión mundial.
Con la intención de reducir costos, Peugeot Citroen ha anunciado su intención de cerrar una planta este año y despedir a miles de trabajadores.
Las cifras divulgadas el miércoles ilustran los problemas de la empresa. Las ventas cayeron 3,9% durante el tercer trimestre, desde 17.510 millones de dólares a 12.930 millones en el mismo período del año pasado.
Sin embargo, la comercialización de sus productos aumentó en China y Rusia, y además se concretó una expansión de la alianza con General Motors.
Peugeot y GM anunciaron el miércoles que ejecutarán un programa conjunto para fabricar una camioneta pequeña para las marcas Opel y Vauxhall, de General Motors.
El programa será la base de un vehículo compacto para Peugeot, aunque también desarrollarán un nuevo automóvil de baja emisión. Y además colaborarán en vehículos medianos y camionetas pequeñas para las marcas de ambas empresas.