Fue a  66 metros de altura, se halló en la Pirámide del Sol la escultura más grande del Huehuetéotl, hasta ahora, en Teotihuacan, Estado de México.

También se encontraron dos estelas completas de piedra verde y el fragmento de otra, las cuales debieron decorar hace mil 500 años el templo que coronaba esta edificación, indicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un comunicado.

Los arqueólogos que hiceron el descubrimiento indicaron que las piezas se estaban en el interior de una fosa, de 4 metros de ancho, 17 de largo y 5 metros de profundidad, que probablemente data de finales del siglo V o inicios del VI de nuestra era.

“El templo, que existió en la parte más alta de la pirámide, fue destruido por los propios teotihuacanos en ese periodo, pero algunos elementos arquitectónicos se dejaron en el lugar, pues su interés era otro (…). Se considera que la fosa fue excavada en tiempos prehispánicos para recuperar la ofrenda principal de la construcción, en un acto de desacralización y repartir su contenido en otros edificios públicos de la antigua ciudad”.

Se cree que con el paso del tiempo, las piezas cayeron dentro de la oquedad y permanecieron en el lugar durante siglos.