Consuelo Mendoza, presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), manifestó que el bullying es un fenómeno cada vez más preocupante, por la gran cantidad de violencia que se vive en las escuelas.
“Se está llegando a unos extremos de delincuencia brutal, de delitos que pudieran considerarse de gravedad”, alertó.
En entrevista, estableció que no se puede sostener que el bullying se trata solamente de un fenómeno entre pares en las escuelas.
“Si queremos darle una solución no es suficiente que se tomen medidas en las aulas.
Los especialistas en el tema afirman que los niños y jóvenes agresores en un porcentaje altísimo son agredidos dentro de su familia y esto se convierte en un círculo violencia”, enfatizó.
Es un círculo de víctima-victimario, por lo que no es suficiente que se enseñe a los niños y a los adolescentes a protegerse de la violencia, como es el caso de Nuevo León, donde incluso se daban clases a los menores para resguardarse del fuego cruzado.
“¿Cómo es posible que un chiquillo pueda estudiar con el temor de que puede ser agredido, ya sea por sicarios o por otros compañeros?”, cuestionó.
Este, dejó claro, es un tema que se debe empezar a tratar con profundidad y desde la raíz.
La propuesta de la UNPF, expuso, es que se trabaje por la paz y la erradicación de la violencia desde la familia, porque en la gran mayoría de los casos, el bullying no es otra cosa que el reflejo de la violencia intrafamiliar.
“Tenemos que empezar a impulsar una cultura por la paz y todos los valores que representa vivir así desde la familia, por supuesto a través de una escuela de padres porque, muchas veces, la violencia ni siquiera es identificada; por ejemplo, por una madre que pudiera sufrir violencia psicológica y ni siquiera lo sabe”, expuso.
El trabajo con los padres de familia, consideró, se tiene que reflejar en la familia y en la escuela. Además, comentó, hoy en día, los padres y madres tienen la oportunidad de participar en las escuelas de sus hijos.
“Ya estamos reconocidos como parte del sistema y nuestra responsabilidad como primeros educadores y nuestra corresponsabilidad dentro de las aulas”.
Entonces, subrayó, es importante también que asumamos nuestro papel dentro de las escuelas, que generemos todas las actividades culturales, cívicas, de valores, que puedan promover una cultura de paz.
Sin embargo, precisó, ello implica un cambio que debe iniciar persona por persona desde la familia, porque de lo contrario, se convierten en esfuerzos que se agotan y no llegan a buen puerto.
Respecto a si la violencia es un signo de nuestros tiempos o simplemente se nota más por los medios de comunicación, indicó que ese problema existe desde que existe el hombre, pero en los últimos tiempos estamos viviendo la expresión de la violencia en todos los niveles, circunstancias y ambientes.
Eso es, detalló, desde la familia hasta todos los grupos delictivos que hacen que los ciudadanos vivamos con temor. Por supuesto que en medio de todo esto está la violencia que se genera en las escuelas y muchas veces en las comunidades y en las calles.
Esto es verdaderamente triste, lamentable. México está viviendo una situación verdaderamente difícil y que en mucho se ha agudizado en estas últimas décadas por el olvido de los valores.
“Este es un compromiso no solamente del gobierno y no se trata de buscar culpables, sino de pensar que todos somos corresponsables y debemos empezar a aportar en este tema. La paz la vamos a construir todos desde nuestra propia persona y nuestras casas”, puntualizó.