La embajada de México en Estados Unidos lamentó hoy el cierre de la investigación contra el alguacil estadounidense del condado de Sonama que mató al niño de 13 años Andy López, de padres mexicanos, cuando este portaba un rifle de juguete.
México criticó la decisión de Jill Ravitch, fiscal de Distrito del condado de Sonoma, de no procesar al alguacil Erik Gelhaus, que disparó contra el menor el pasado 22 de octubre en Santa Rosa (California) cuando éste cargaba un arma de juguete.
Según Ravitch, el oficial del Departamento del Alguacil del Condado de Sonoma, de 48 años, con 24 años de servicio y 19 como instructor de armas, "disparó su arma en respuesta a lo que él honesta y razonablemente creyó que era una amenaza inminente de muerte contra él y otros".
Según la misión diplomática mexicana, "esta decisión atenta contra las nociones de transparencia y rendición de cuentas que deben imperar en todas las acciones de las agencias de procuración de justicia".
"La falta de un juicio penal y de la imposición de medidas disciplinarias crean un mensaje tácito de permisividad para aquellos agentes policiacos que se exceden en el uso de la fuerza", explica México en el comunicado emitido por su embajada en Washington.
La misión diplomática recordó que pese al cierre de la demanda penal, aún existe una demanda civil pendiente a la que el condado californiano de Sonoma "deberá responder en los próximo 30 días".
La representación diplomática confía en que se tomen medidas para recuperar la confianza de la comunidad mexicana e hispana.
López fue baleado por Gelhaus en un lote vacío en Santa Rosa, ciudad de mayoría blanca con un 29 % de población hispana, donde ahora se erige un monumento temporal recordando al niño y en donde los activistas piden que se construya un parque en su memoria.
El estudiante de octavo grado utilizaba un suéter con capucha cuando fue visto por los alguaciles Gelhaus y Michael Schemmel, quienes prendieron sus luces de alerta y pidieron refuerzos, según el reporte.
Según el recuento, los oficiales le dieron la orden de soltar el arma y darse la vuelta, pues se encontraba de espaldas.
El estudiante no soltó el rifle y comenzó a darse la vuelta, por lo que Gelhaus alegó haber sentido amenazada su vida y la de su compañero cuando vio el cañón de la supuesta arma.
Siete de los ocho disparos hechos por el alguacil impactaron a López, causándole la muerte.