El periódico de circulación nacional Reporte Índigo, en su columna Sarcófago, explica el fondo de la estrategia para intentar limpiar del gobernador Rafael Moreno Valle; en donde, los Alcudia Goya juegan un papel importante para desactivar el conflicto y este no escale más. Nuestros personajes están acostumbrados a pagar por el silencio, se lee en el texto.

“Rafael Moreno Valle, a pesar de buscar todas las justificaciones, incluyendo la de culpar a los propios inconformes de la muerte del niño Tehuatlie Tamayo, encabeza una administración gubernamental represora”, señala la columna.

“Este mandatario panista, utilizando a sus escribanos de su Coordinación de Comunicación Social, está plenamente cierto que a través de boletines de prensa, desplegados pagados en medios de circulación nacional y llamadas telefónicas, se lavará la sangre de un pequeño de 13 años”.

Aquí, el texto integro: 

Rafael Moreno Valle, parte II: Primero niños
POR EL FARAÓN

Rafael Moreno Valle, gobernador poblano, deberá estar bastante satisfecho porque su “Ley Bala”,  aprobada por el congreso de esa entidad e inmediatamente implementada, ya tuvo su primer fruto:

El asesinato de José Luis Tehuatlie Tamayo, de 13 años de edad, a manos de la Policía Estatal Metropolitana durante el desalojo violento (por supuesto, como lo establece la respectiva legislación) de los habitantes de Chalchihuapan que bloqueaban la autopista Puebla-Atlixco para exigir los servicios del Registro Civil.

El poblano ya es un gobierno manchado de sangre. Rafael Moreno Valle, a pesar de buscar todas las justificaciones, incluyendo la de culpar a los propios inconformes de la muerte del niño Tehuatlie Tamayo, encabeza una administración gubernamental represora.

Este mandatario panista, utilizando a sus escribanos de su Coordinación de Comunicación Social, está plenamente cierto que a través de boletines de prensa, desplegados pagados en medios de circulación nacional y llamadas telefónicas, se lavará la sangre de un pequeño de 13 años.

En pasadas entregas referimos que la “Ley Bala” es la versión moderna de la expresión del dictador Porfirio Díaz (“Mátalos en caliente”, orden que envió al gobernador de Veracruz, Luis Mier y Terán, para sofocar una rebelión), cuyo objetivo único es mantener en Puebla la paz y tranquilidad… de los cementerios.

Esta es la obsesión del panista Moreno Valle, aspirante a la Presidencia de la República.

Desde lo más “alto” de lo que significa la gubernatura de Puebla, Moreno Valle abusa del poder y de esta manera levanta el índice para lanzar el acostumbrado “yo acuso”, para denostar, descalificar y hasta adjudicar la muerte de José Luis Tehuatlie Tamayo a los mismos habitantes de Chalchiahuapan.

No es la primera ni será la última vez que la voz del gobierno poblano, ante las evidencias en contra, intente desmarcarse de este asesinato. Las balas de goma se han presentado como prueba. Ahí están los frascos que contienen gases lacrimógenos, que al lanzarse se convierten en proyectiles.

Pero hay un as bajo la manga en la administración de Puebla y es el cinismo atroz que, de pronto y por decreto, pudiera convertir en un suicida o kamikaze al malogrado José Luis.

Esta maquinaria la han puesto en marcha tres especialistas en “comunicación social”, por cierto militantes del Partido Acción Nacional, hoy incrustados en puestos clave a nivel federal, en la iniciativa privada y en el gobierno de Puebla.

José Luis Alcudia Goya, quien en las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón fue “comunicador” en la Secretaría de Relaciones Exteriores y en el Ceneval. Hoy está en el Seguro Social.

Héctor Alcudia Goya, responsable del manejo de prensa de Javier Lozano Alarcón cuando este fungió como secretario del Trabajo en la presidencia de Calderón Hinojosa. Actualmente es vocero de Rafael Moreno Valle.

Jaime Alcudia Goya estuvo a cargo del manejo de los medios informativos en el IFAI durante el lapso en que Alonso Lujambio era responsable de esta institución. Últimamente está de paso en una estación radiofónica como encargado de Relaciones Institucionales.

Poco acostumbrados a mencionar, para bien o para mal, a jefes de prensa, hoy es indispensable hacerlo pues los hermanos Alcudia Goya se han convertido en una peligrosa tríada para el periodismo.

En más de una ocasión han pedido la cabeza de quienes se atreven a criticar a sus respectivos jefes a cambio de millonarios contratos de publicidad. De esto hay nombres en Puebla y en la Ciudad de México.

Normalmente la propuesta de los Alcudia Goya es el silencio cómplice a cambio de plata, o el despido de los medios en donde trabajan quienes optan por la crítica (esto podría interpretarse como plomo).

¿Diálogo? ¿Civilidad? ¿Negociación? Son los tres frutos prohibidos en el edén poblano propiedad de Rafael Moreno Valle.

Otro dato: actualmente en Puebla hay 37 líderes sociales encarcelados.

Por cierto, el asesinato de un niño nunca se borrará con inserciones pagadas de un gobierno intolerante.