El asambleísta Adrián Rubalcava Suárez, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), presentará una iniciativa para crear la Ley contra las Corridas de Toros en la Ciudad de México.


Lo anterior, dijo el legislador, debido a que la tauromaquia resulta ser un “espectáculo” violento que erróneamente pretende encubrirse como arte o deporte.

Sostuvo que durante el desarrollo de la corrida prevalece una agresión directa del hombre hacia un animal, en donde el derramamiento de sangre y su posterior muerte son los principales protagonistas.

El diputado local advirtió que el toro de lidia es un bóvido cuya bravura no es más que la selección que los ganaderos han hecho a lo largo de muchos siglos para acrecentar los rasgos violentos desde que el animal nace.

Aun así, continuó, muchos toros de lidia son tildados de mansos al llegar a la plaza de toros, por lo que están expuestos a sufrir más castigo por su aparente falta de “bravura”.

Se trata, consideró, de actos de barbarie en donde la afición celebra la muerte más que la vida misma e, incluso, son capaces de obligar a sus pequeños hijos a presenciar ese frenesí taurino.

Rubalcava Suárez recordó que a nivel internacional, la prohibición de las corridas de toros comenzó en 1991 en las Islas Canarias y, después, en 2010 la comunicad Autónoma de Cataluña, en España, suprimió las corridas.

Desde entonces, 71 ciudades se han declarado anti taurinas, en tanto que en Portugal, por ejemplo, se ha dado una variante a espectáculos de ese tipo, al establecer que en las corridas no se puede matar al animal, afirmó.

El asambleísta priista sostuvo que en México el cuidado y la protección de los animales, como seres sensibles, se ha convertido en una preocupación permanente pero con poco auge.

Tal es el caso que hasta hace un par de años se han venido consolidando normas que protegen a los animales y de las cuales su aplicación es casi nula, indicó.

Resaltó que en las corridas de toros se tortura y mata violentamente a un ser vivo y sensible por simple placer, lo que se puede considerar una barbarie, ello porque, agregó, una cosa es matar a un animal para satisfacer una necesidad alimenticia o de cualquier otra índole razonable, y otra cosa es la matanza lúdica y por tanto irracional.