Esta semana, autoridades de la Ciudad de México informaron sobre un operativo donde fueron localizados refrescos de posiblemente clonados, en un predio de la colonia Santa Martha Acatitla de la alcaldía Iztapalapa.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) indicó que los envases eran lavados y se rellenaban en el lugar, mientras, la caja del producto clonado se vendía a un precio de entre 200 y 210 pesos, se estima que diariamente se vendían de 50 a 60 cajas. Las ganancias estimadas eran entre 10 mil y 12 mil 600 pesos al día.
En el lugar trabajaban alrededor de 10 personas, entre lavadores de botellas, envasadores y selladores, además de transportistas y encargados del inmueble.
Las fichas utilizadas para resellar las obtenían con distintos recolectores de basura y los lugares en donde se comercializaba el producto eran puestos ambulantes de comida de diferentes áreas del Valle de México.
Entre ellos la zona centro y la Central de Abastos en la CDMX, además de municipios de Edomex como Chalco y Nezahualcóyotl eran algunos de los lugares a donde llegaban los refrescos pirata.