En un momento delicado para las relaciones entre México y Estados Unidos, el Poder Judicial ha ordenado la liberación de Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera Cervantes, alias 'El Mencho', líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Esta decisión ha suscitado preocupaciones en Washington debido a la influencia del CJNG en el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.
La jueza Perla Fabiola Ayala Estrada, del Centro de Justicia Penal Federal en Xochitepec, Morelos, dictaminó la liberación de González Valencia tras haber cumplido más de la mitad de su condena de cinco años por lavado de dinero.
La liberación se concedió bajo condiciones estrictas, incluyendo la presentación mensual ante las autoridades y la residencia en un domicilio específico.
La detención original de González Valencia ocurrió en mayo de 2018 en Zapopan, Jalisco, y posteriormente fue reaprehendida en 2021 por incumplir citatorios judiciales.
Su liberación se produce en un contexto de tensiones diplomáticas, ya que el gobierno de Estados Unidos ha manifestado su preocupación por la posible relajación en las acciones contra el CJNG, considerado uno de los principales responsables de la distribución de fentanilo y otras drogas en territorio estadounidense.
La administración del presidente Donald Trump ha intensificado recientemente la presión sobre México para que refuerce sus esfuerzos en la lucha contra los cárteles de la droga.
La liberación de González Valencia podría complicar las negociaciones bilaterales en materia de seguridad y cooperación en la lucha contra el narcotráfico.
Analistas señalan que esta decisión judicial podría interpretarse en Estados Unidos como una señal de debilidad en el sistema judicial mexicano, lo que podría afectar la colaboración entre ambos países en temas de seguridad.
Mientras tanto, las autoridades mexicanas defienden la independencia del Poder Judicial y aseguran que la liberación se realizó conforme a la ley y bajo condiciones que garantizan la supervisión de González Valencia.
La situación pone de manifiesto las complejidades en la relación bilateral y la necesidad de una estrategia conjunta y efectiva para combatir el crimen organizado que opera en ambos lados de la frontera.
Con información de Sin Embargo*