No hubo —tal y cómo sucedía en los tiempos de su antecesor, Mario Marín— ninguna crítica. Los aplausos fueron los de siempre. Los halagos también.
Tan sólo cambió la disposición de los actores en las mesas. Y el color de la escenografía que pasó de verde a azul.
Rafael Moreno Valle escuchó los complacientes discursos, tal y como en el pasado reciente lo hizo Marín; además, elogió la seguridad que vive Puebla como la principal oferta de su gobierno, con el comparativo inmediato de la violencia que se vive en otros estados del país.
Rafael Moreno Valle exhortó a los medios de comunicación a dejar a un lado sus diferencias por el bien de Puebla.
“Yo los animó a hablar bien de Puebla”, subrayó el mandatario, quien recurrió al inmediato expediente del chovinismo local como el ideal moral del periodismo poblano.
Pero el tema ausente de su discurso fue la política pública de la administración estatal en materia de comunicación. Tampoco abordó medidas para incentivar la calidad de la información para los ciudadanos, ni reflexionó sobre el papel de los medios en el proceso de alternancia política.
La postura del gobernador osciló entre la zanahoria y el garrote: ofreció libertad de expresión —derecho plenamente reconocido por la Constitución— pero atajó que los límites de la misma están establecidos por las leyes.
Un quinteto de cuerdas amenizó el desayuno, entre rolas de los Bee Gees y el Huapango de Moncayo.
La ronda de los elogios
En el desayuno realizado en el Salón de Protocolos hubo diversas intervenciones de representantes de consorcios mediáticos, en lugar de que los periodistas participaran como oradores en el acto.
Como en el pasado inmediato, ni las críticas ni las propuestas estuvieron sobre la mesa.
Carlos Martín Huerta Macías, a nombre del consorcio Acir, habló sobre los riesgos del trabajo periodístico en México.
Y advirtió del “riesgo” que las redes sociales reemplacen a los medios ya que en muchas ocasiones está en riesgo la credibilidad de los mismos.
Gerardo Jean Carrasco, director de Televisa en Puebla elogió el trabajo del gobernador y perfiló un panorama apocalíptico del ejercicio del periodístico, al comparar a bocajarro lo que sucede en otros estados del país con lo que sucede en Puebla.
“En Puebla vivimos una realidad utópica. En Puebla tenemos garantías para el ejercicio periodístico.”
Armando Prida, empresario de medios, pidió ejercer el periodismo con responsabilidad, al sentenciar en tono admonitorio que la libertad de expresión no es una “patente de corso”.
Su intervención fue secundada por el gobernador Moreno Valle, quien dijo que en las afirmaciones de los medios y los periodistas deben sujetarse a lo que dictan las leyes, en clara alusión a las reformas sobre los delitos de prensa, reforma impulsada por el gobernante al inicio de su administración.
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En su mensaje, el Ejecutivo achacó los deficientes indicadores en el combate de la pobreza y la marginación a la “dispersión poblacional”.
Asimismo, aprovechó su discurso para comparar lo que se vive en Puebla en materia de seguridad con otros estados, y tal como lo hizo en su momento Mario Marín Torres, Moreno Valle elogió las condiciones de seguridad que se viven en el estado de Puebla.
“En Puebla los periodistas pueden escribir lo que quieran, pueden expresar sus diferentes puntos de vista, afirmaciones que deben sustentarse y cuya única limitante es hablar con la verdad.
”Esa es la única limitante y es una limitante que establece la propia ley, y es una responsabilidad que deben de asumir también los periodistas”.