(El video es una producción de www.periodicodigital.com.mx/)

El “delfín” calderonista Ernesto Cordero, en su papel de aspirante a Los Pinos revivió en el zócalo de San Andrés Cholula el repudio a los gobiernos priistas y su pasado de devaluaciones y crisis económicas sexenales.

—¿Verdad que no quieren un gobierno como el de Mario Marín o Manuel Bartlett? —preguntó Cordero, exsecretario de estado, a una multitud uniformada con playeras del político.

En el templete, el exsecretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, sonrió. Los aspirantes a diputados del PAN, Néstor Gordillo y Blanca Jiménez, exfuncionarios del gabinete estatal, escucharon ensoñados la oratoria de Cordero.

Una banda pueblerina le cubrió al templete la falta de entusiasmo de los asistentes al acto.

El centro de San Andrés Cholula quedó hecho un caos. A pesar de que el evento fue en el zócalo, las calles aledañas fueron cerradas. En los alrededores los camiones de transporte urbano de la ciudad de Puebla y regiones próximas de donde han traído a los asistentes al encuentro con el político panista.

El discurso del exfuncionario federal quedó en el aire. Defendió a capa y a espada las acciones de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y de Vicente Fox Quesada. Además, remachó en contra de los gobiernos priistas y lanzó algunos elogios al gobierno estatal de Rafael Moreno Valle. Pero apenas terminó de hablar, la gente se retiró de inmediato.

La expectativa era grande para escuchar a Ernesto Cordero, pero al hacer uso de la palabra, al aspirante presidencial ni siquiera le entregaron una tarjetita con los nombres completos de los precandidatos a diputados y militantes del PAN que lo acompañaron.

Los oradores, como el secretario de gabinete local Pablo Rodríguez Regordosa, no se contuvieron en adjetivaciones. Regordosa le endilgó el epíteto de “gran estadista” al panista de crecimiento político exprés durante el sexenio de Felipe Calderón.

Y la alternancia no ha dejado viudas. El panismo que en el pasado denunciaba las prácticas del acarreo, ahora no tuvo empacho en repetirlas y uniformarlas con playeras con el nombre del candidato en ciernes.

El exsecretario de Hacienda les habló a los precandidatos a diputados por su nombre, como si tuviera mucha familiaridad con ellos, pero la mención se percibe vacía.

El salón Los Girasoles estaba lleno. Los organizadores han cumplido el propósito de llenar el lugar. Algunos de los invitados que llegaron tarde se retiraron, pero lo cierto es que no hay mucho entusiasmo.
Los contrastes fueron notorios.

En las primeras mesas hubo algunas porras, pero en medio del salón y en las últimas mesas reinó la indiferencia.

Los convidados al desayuno siguieron con desgano las palabras de los oradores y algunos de plano permanecieron en el limbo sin atender el mensaje del aspirante presidencial.

El personaje formado bajo el auspicio de Felipe Calderón Hinojosa se mostró forzado en su papel de aspirante. Cuando tomó el micrófono, el exsecretario de Hacienda dijo que quiere debatir con Enrique Peña Nieto, pero que el exgobernador del Estado de México y precandidato presidencial no quiere hacerlo.

Rodríguez Regordosa, funcionario de la administración estatal, pidió una porra por el aspirante Ernesto Cordero. La respuesta fue fría, solo algunos asistentes —asistentes de diputados y de funcionarios, la elite dorada blanquiazul— de las mesas centrales responden. Otros panistas repartieron playeras.

Rodríguez señaló: “El PAN gobierna mejor que el PRI”, y entonces tímidamente se escucharon algunos aplausos.

Este domingo el exsecretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, realizó actividades proselitistas en San Andrés. A pesar de la asistencia de personas a sus actos, el gran ausente fue el ánimo, las porras y la sensación de ganar.

Cordero desayunó con sus seguidores del blanquiazul en el municipio de San Andrés Cholula. En el acto, el exdiputado local Roberto Grajales Espina le anunció que el grupo de panistas que en Puebla lo respalda ha hecho ganar elecciones internas a otros políticos en el PAN.

Ernesto Cordero dijo —en respuesta a lo señalado por Grajales— que en Puebla ganará tres a uno y ofreció darle continuidad al proyecto del panismo.

El político panista demostró en su gira de Puebla que no es fácil desprenderse del empaque de secretario de Estado. Encorsetado en el empaque de funcionario, el exsecretario no emocionó ni a sus seguidores.

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