Mazatelli presentó un diagnóstico de la situación del ejercicio periodístico en México, dividido en tres zonas del país: centro, sur y norte. En el norte las principales amenazas provienen del crimen organizado; en el centro, de las autoridades, y en el sur, tanto del crimen como de las autoridades.
Durante la última mesa se suscitó un debate entre Óscar Soto, del Instituto de Derechos Humanos, Ignacio Ellacuría de la Ibero, Puebla y Mazatelli, ya que Soto propuso que como sucedió en el Salvador se movilizará la sociedad para presionar y lograr algún tipo de acuerdo con los grupos criminales, sosteniendo la postura de que la justicia no sólo debe ser punitiva. Sin embargo, Mazatelli cuestionó el hecho de querer negociar con la delincuencia organizada y rechazó el planteamiento de Soto.
En la misma mesa participó, María Idalia Gómez, de la Unidad de respuesta rápida de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) quien destacó el peligro que corren los periodistas y los medios de comunicación cuando el Estado ha sido rebasado por las acciones violentas del crimen organizado.
Además, Idalia Gómez criticó con severidad el trabajo del gobierno en la protección a los periodistas: “es una simulación”.
A unos cuantos metros de la representante de la SIP se hallaba la fiscal especializada en delitos en contra de periodistas, Laura Borbolla, quien miraba impávida los cuestionamientos de Idalia Gómez.
Óscar Soto del Instituto Ellacurría planteó que el clima autoritario contra el periodismo se genera por la violencia que se vive en el país. “Yo no creo que Puebla sea un “ombligo” en medio de lo que está pasando el país. El ambiente del país genera una tentación autoritaria de todas las autoridades.
”Esta tentación autoritaria. Se aprovecha este clima de violencia para amedrentar y resolver los intereses políticos de una elite gobernante que está gobernando el país. No siempre se puede llegar a la verdad real a través del periodismo, tiene su alcance y su forma de ver.”
María Idalia Gómez de la unidad de respuesta rápida de la SIP pidió a los periodistas y académicos, así como a la sociedad de Puebla poner atención a lo que sucede en el estado y dejar el discurso de que en Puebla no habrá presencia del crimen organizado y violencia, porque esos discursos no ayudan a tomar medidas preventivas: “Nos llama a reflexionar sobre la incidencia del crimen organizados”
Mazzitelli advirtió de la vulnerabilidad de los periodistas en medio de los conflictos entre los grupos del grupo organizado: “Las organizaciones criminales tienen estrategias de comunicación. Los periodistas que fueron asesinados no sólo por lo que estaban escribiendo sino por lo que se han negado a escribir quieren mandar mensajes, quieren mandar sus propios mensajes”.