Campesinos afectados por el fraude en la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) aseguraron que nunca firmaron o endosaron ningún cheque, por lo que indicaron que se pudieron falsificar o inventar las firmas.

Fuentes de la dependencia federal confirmaron que los cheques cuentan con los endosos, las supuestas firmas de que la gente recibiría el apoyo, por lo que ahora la Procuraduría General de la República (PGR) podría investigar el presunto fraude mercantil.

La semana pasada Intolerancia Diario reveló que familias de escasos recursos fueron engañadas con la entrega de recursos para el programa Vivienda Rural, para lo cual se pagaron con 342 cheques de 20 mil pesos cada uno durante la administración de Myriam Arabian.

La ahora exdelegada de Sedesol señaló, en entrevista hace unos días, que los cheques los debieron haber endosado los beneficiarios para ser entregados a la empresa proveedora, pero algunos campesinos afirman que nunca firmaron nada.

Informaron los campesinos que se coordinan para realizar una manifestación en oficinas de la Sedesol exigiendo la restitución de los recursos y se sancione a quien sea responsable del que llamaron “fraude”.

Aunque el apoyo jamás llegó, la Sedesol lo dio como un hecho pagando a dicha empresa los montos señalados que ascienden a más de 6 millones 840 mil pesos. Estos recursos son parte del programa de Apoyo a Viviendas Rurales que se destinan a algunas de las familias que viven en extrema pobreza y marginación en Puebla de por lo menos cinco municipios, quienes jamás recibieron los beneficios.

Ahora se investiga un posible tráfico de influencias, debido a que el exdelegado Arturo Gutiérrez Torrera fungió en el mismo cargo en el estado de Hidalgo, de donde es originaria la empresa — de nombre Provnamac— que no entregó el material.

La mentira
Bonifacio Barrales Hernández, uno de los afectados, aseguró en entrevista a este medio que jamás firmaron ningún documento, mucho menos un cheque, por lo que exigió a las autoridades continuar las indagatorias.

Don Bonifacio es un campesino originario de San Miguel Tlayoatla que habita una vivienda con nueve personas, entre esposa, hijos y nietos.

Además Bonifacio, de más de 60 años de edad, funge como regidor de la junta auxiliar perteneciente al municipio de Tepeaca, es esposo de la que sería beneficiada del programa, María Ricarda Romero González.

—¿Ustedes firmaron cheques?

—No, esa es una mentira, ningún cheque y nunca presentaron esos cheques, nunca nos han enseñado.
”Eso es falso, porque a nosotros nada más nos dieron esto (documentos oficiales para recibir el material para la construcción), no firmamos nada, se entregó eso nada más”, dijo el campesino.

—¿Nada más entregaron ustedes copias de la CURP, IFE y acta de nacimiento?

—Exacto, esos fueron los documentos que nos pidieron.

Señaló que no podía mencionar quien fue el enlace para hacer los trámites del programa, sólo personal de Sedesol que fue a convencerlos a sus mismas casas que se beneficiarían con un cuarto de vivienda más. “Nos invitaron a ese programa a otras cinco familias y a mí en el pueblo”.

—¿Alguno otro que sí haya firmado un cheque?

—No, nadie, nadie, nosotros somos testigos todos los compañeros, hasta estábamos pensando ir a hacerles una manifestación más que nada para que nos hicieran caso, pero de cheques nadie ha firmado ningún documento, eso es falso.
 
El endoso
La semana pasada, en entrevista con Intolerancia Diario, la exdelegada de Sedesol, Myriam Arabian, señaló que forzosamente se debieron endosar los cheques por los beneficiarios ya que vienen a su nombre y no hay otra forma de cambiarlos.

Indicó que en enero los afectados le hablaron de fraude, pero les aclaró que no les estaban aún cometiendo fraude, ya que la empresa tiene hasta julio de 2013 para entregar, “aunque no sabían que ya le habían entregado el dinero”.

 “¿Pero dónde están los cheques ahora?”, se le cuestionó, pero la es funcionaria respondió encogiéndose en hombros.

—¿Supuestamente ya los tiene la empresa?

—Supuestamente ya los tiene la empresa, yo eso no lo sé.

—¿Ya los cobró la empresa?

—Pero cómo, si los beneficiarios los debieron haber endosado, eso a mí no me cuadra, no puedes sacar cheques a nombre de la empresa (…) tiene que haber un consentimiento de parte del beneficiario de entregar ese cheque.

—¿Esa es la duda?

—Bueno, la duda es lo que dicen, yo ya no tengo acceso a las cuentas ni a nada, nada más estoy de enterada de lo que se ha hablado de los beneficiarios, no me puedo estar metiendo mucho allá, me van a decir que yo qué.

—¿No ordenó usted el pago?

—No, jamás, aparte ni se le paga a la empresa, no hay una empresa a la que se le pague. Es a solicitud del beneficiario que endosa, normalmente lo hacen, se reúnen todos con la misma empresa, porque llevar kilos de cemento y tres varillas nadie lo hace.

”Lo que estoy diciendo es que no hay ningún fraude al día de hoy, todavía están en tiempo de entregar, el error de la empresa es que estaba entregando y paró.

”Segundo, no hay ningún cheque o no debería, yo no lo firmé, ni firmé a los beneficiarios.”

Explicó que el documento bancario lo pueden firmar los dos subdelegados, porque siempre hay cuentas mancomunadas.

—¿Buscará aclarar la situación en la delegación?

—Sí, claro, pero lo está haciendo el delegado, no lo tengo que hacer yo porque él está llevando muy bien el tema.

”Está diciendo que se haga la investigación y que se responsabilice a quien tenga responsabilidad como servidor público en el caso de que se hayan dado los cheques”, indicó.

“Yo insisto, quien entregó los cheques a los beneficiarios debió haber un consenso en endosar los cheques.”

—¿Podía haberse engañado a la gente para que firmara?

—Puede ser, eso es lo que se tiene que investigar, aquí el tema es que la empresa tiene que cumplir, sobre todo si los cheques fueron endosados a ellos (…) hay que ver quién entregó primero los cheques a los beneficiarios y por qué los cheques se endosaron, ¿quién les dijo que los endosaran sin haber recibido los materiales?

”A mí no me habían dicho que habían firmado los cheques, porque generalmente no firmas los cheques hasta que te entregan las facturas, entonces al tener las facturas los beneficiarios la endosan.”

—¿Entonces quiere decir que ya se entregaron?

—Sí, ya (…) pero yo no tenía conocimiento que se habían hecho los cheques.

La pobreza de Tlapacoyan
San Miguel Tlapacoyan, una de las comunidades afectadas, es la población más alejada del municipio de Tepeaca, literalmente ubicada en la cima de un cerro donde la pobreza se percibe a cada metro, entre burros y becerros desnutridos, caminando libremente.

En este lugar habitan cerca de mil personas, todos considerados de pobreza extrema, quienes habitan en pequeños jacales hechos de ladrillos de adobe y de techos con láminas de asbesto.

En este pueblo se encuentran otras seis familias en condiciones de hacinamiento con hasta 12 personas viviendo en un cuarto, quienes estaban contemplados para recibir el apoyo del fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo).

Durante un recorrido efectuado por este medio de comunicación se comprobó la pobreza extrema en que viven los habitantes de esta junta auxiliar, ubicada a 40 minutos de la cabecera municipal de Tepeaca.

María Juliana Vélez González explicó que hasta habían escombrado un pequeño espacio en su terreno, para iniciar la construcción de un cuarto de cuatro por cuatro metros, pero desde septiembre ya nadie les había dicho para cuando llegaría.

—¿Cuántos viven en su casa?

—Doce.

—¿Todos en un cuarto?

—Sí, porque dos de mis hijos me dejaron a mis nietos. Ahora que hace mucho aire nos da miedo que se nos alcen las láminas, se hace refeo’ y se nos mete el agua.

La familia de José Cándido González Hernández vive de pequeños cultivos de maíz, que utilizan para autoconsumo, gastando en promedio diario 20 pesos para alimentarse, por lo que los 20 mil pesos del apoyo representan mil días de comida para ellos, más de dos años y medio.

—¿Ustedes no están ni enterados del posible fraude?

—Nosotros estamos esperando a ver si llega, he conversado eso con el presidente auxiliar Simón Barrales.

—¿Cuándo les dijo eso por última vez?

—Por enero, hasta me dijo que estuviera pendiente cuando llegara el camión a tirar el material; la verdad, nos agarran dormidos, como somos de campo se nos dificulta ir a Puebla, no tenemos ni para el pasaje.

Otra víctima fue la familia de Bonifacio, quien muy molestó señaló que siempre han vivido engañados por los funcionarios, quienes nada más se acercan en época electoral a su pueblo, por lo que no se le hace raro que lo hayan tomado esta ocasión.

—¿Cómo entraron a ese programa; cómo se enteran?

—Nos enteramos a base de partidos que nos invitan.

—¿Quién lo invitó?

—Pues el Partido Acción Nacional (PAN) donde trabajó Calderón, nos dijeron va a haber este programa y adelante.

”Ahora no vemos nada, por eso pensamos nosotros que lo pueden tomar como campaña, que vienen elecciones y es dónde se viene la gente”, señaló.

—¿No piensan que ese dinero ya se esfumó?

—Es lo que pensamos, pero nos metemos con personas más preparadas que nos dicen “ya, espérense”, así nos dicen desde septiembre y así nos traen a vueltas y nomás no se ve nada.