Primer parte

En los últimos dos años y medio en todo el estado de Puebla desaparecieron 90 menores de edad, desde bebés de meses de nacidos hasta niños de 2 a 10 años de edad, según estadísticas oficiales de la Procuraduría General de Justicia (PGJ).

Pero 90 por ciento de las desapariciones corresponde a adolescentes entre 12 y 17 años de edad; lo que llama la atención es que dos terceras partes son mujeres, en gran número de municipios del interior del estado.

También llama la atención que en algunos meses existe una especie de “oleada de desapariciones” en diversos municipios, sobre todo de mujeres menores de edad, en la adolescencia, casos que no han sido resueltos por las autoridades.

Los datos fueron proporcionados por la dependencia a Intolerancia Diario, tras una solicitud de información en la que se desglosan cifras por municipio, edad y sexo, desde febrero de 2011 hasta junio de 2013, así como por casos resueltos o que se haya encontrado el menor y su causa de desaparición.

En ese tiempo se reportaron a las autoridades 201 desapariciones de menores, 81 de ellas en 2011, 70 en 2012, y 50 en el medio año de 2013. 

Sin embargo, la PGJ, en la información entregada, omitió las palabras secuestro, robo o trata de personas, e incluso no puso las causas de la desaparición de los 90 menores, a pesar de que fue solicitado.

Según las estadísticas entregadas, la desaparición de menores en Puebla se debe a diversos factores, que van desde problemas familiares, noviazgos, hasta por cuestiones de trabajo, pero no se habla de las situaciones arriba mencionadas.

El argumento más común de las autoridades es que la mayoría de las desapariciones no son forzadas, sino a que las jovencitas huyen con algún novio o pareja, por lo que no se investiga más.

También, existe la desaparición de niños, en la mayoría de los casos por cuestiones familiares, como son pleitos de divorcio y patria potestad, pero también hay situaciones de robo de bebés, incluso a mano armada.

Las oleadas
Llama la atención, según la información de las autoridades poblanas, en diversos municipios existe una especie de “oleadas de desapariciones” de menores de edad, sobre todo de mujeres.

Por ejemplo, entre mayo y julio de 2011 desaparecieron 11 adolescentes, 10 mujeres y un hombre, cinco en la ciudad de Puebla, cuatro en Tehuacán, una en Teziutlán y el joven en Tepeaca.

Ese mismo año, pero en agosto, en Tehuacán se esfumaron otros tres adolescentes, dos mujeres y un jovencito, de quienes —a cerca de dos años de distancia— se desconoce el paradero.

En septiembre de 2011 en Teziutlán, también se reportó la desaparición de tres mujeres adolescentes, dos de 15 años y una de 16, sin que hasta la fecha se sepa su paradero.

También en un municipio tan pequeño como La Mesa Metlaltoyuca se han registrado diversas desapariciones de menores de edad desde 2012 a la fecha. Tepeaca ha incrementado notablemente el número de casos de desapariciones.

El municipio de la capital de Puebla tiene la mayor cantidad de casos, con 31 desapariciones, seguido por Tehuacán, donde no se han localizado a 15 jóvenes y niños; en el tercer lugar están empatados con 10 registros Teziutlán y Tepeaca.

Zacatlán tiene cinco casos; Huejotzingo, cuatro; San Martín Texmelucan, Atlixco y La Mesa Metlaltoyuca, con tres cada uno; Lázaro Cárdenas y Tetela con dos y finalmente Huauchinango y Cuetzalan con un sólo caso.

En 2011 se registraron 81 desapariciones en todo el estado, hasta la fecha no se han encontrado a 30 menores, 26 de ellos entre los 12 y 17 años de edad; los cuatro restantes corresponden a un bebé de dos meses de edad, dos niños de 4 años y uno de 10.

En 2012 hubo 70 desapariciones, 28 de ellas aún no se resuelven y 25 corresponden a adolescentes y tres a niños de 1, 2 y 10 años de edad.

En el primer semestre de 2013 se han registrado 50 desapariciones, 29 de ellas aún sin resolverse, de las que 24 corresponden a menores de entre 12 y 17 años de edad, además la desaparición de un bebé de dos meses, y niños de 2, 5, 4 y 7 años de edad.

De las 90 desapariciones sin resolver, 63 corresponden a personas del sexo femenino y 27 al masculino, la gran mayoría adolescentes entre el rango de edad señalado.

Criminales
En Puebla se han desarticulado bandas de trata de menores, una de ellas que fue noticia a nivel nacional, luego de que las primas Alma y Karla, ambas de 14 años de edad, quienes desaparecieron durante la fiesta patronal en Tepetlixpa, Estado de México.

Ambas tras desaparecer el 27 de enero fueron halladas a finales de abril en San Juan Acoxac, municipio de Los Reyes de Juárez, Puebla, donde fueron llevadas por integrantes de una banda dedicada a la trata de personas.

Abusaron de ellas, las obligaron a trabajar en bares y eran maltratadas física y sicológicamente.

Se sabe que “Chabelo”, un hombre que estaba en la fiesta patronal de Tepetlixpa, se acercó con las primas, las invitó a su tráiler y las narcotizó con una bebida. Las sacó del municipio ubicado en la región de los Volcanes y las trajo a Puebla.

A las primas las obligaron a trabajar en cantinas, no les daban de comer y las golpeaban sus captores. Dos mujeres se encargaban de su custodia, en ese sitio descubrieron que había otras jovencitas en circunstancias similares.

Alma y Karla vivieron en un cuarto oscuro de lámina de cartón al que únicamente llegaban al amanecer, donde dormían y comían sólo huevo diariamente.

La noche 14 de abril, Karla logró fugarse cuando le dieron permiso de salir porque estaba vomitando, corrió y se metió a una iglesia, pidió dinero a unas monjas, se fue a la carretera, y tomó un camión para México.

Finalmente, llegó a su casa con la ropa sucia, muy delgada, con huaraches y golpeada e inmediatamente informó el lugar en que se encontraba su prima.

Policías ministeriales mexiquenses se trasladaron a Puebla, acompañados del padre y tío de las jovencitas, para montar un operativo con la Procuraduría poblana, en el que lograron detener a una mujer, encargada de vigilar a las dos primas y que diariamente las llevaba a trabajar a los bares, pero no sin antes quitarles dinero a golpes.

Posteriormente aseguraron a 10 personas en San Juan Acoxac y se rescató a una de las menores de una casa de seguridad y luego se hizo un operativo en ocho bares donde fueron rescatadas cuatro jovencitas más, de Minatitlán y Puebla.

Los detenidos formaban parte de una red de tratantes de personas que operaba en los estados de Puebla, de México y Veracruz, según autoridades mexiquenses.

“Chabelo”, quien las secuestró en Tepetlixpa, las vendió en 600 pesos a uno de los cabecillas de la red de tratantes y propietario de por lo menos dos bares de esta zona de Puebla.

Negligencia
En el último caso de robo de un niño, en la colonia San Manuel, no se activó la alerta Amber, en la que las autoridades se coordinan en los primeros minutos para localizar a un niño en peligro.

Así lo señaló Jenny López, representante de la organización no gubernamental (ONG) Instituto de Investigaciones Legales para el Bien Común de la Humanidad (IILBCH), al señalar que es preocupante que no haya la disposición para proteger a los infantes.

Indicó que es preocupante además la poca participación de la sociedad en estos casos, ya que en la primera semana de desaparición todos ayudan, desde vecinos, familiares, hasta extraños, quienes pegan carteles y fotografías, al mes nadie ayuda y a los tres meses sólo saldrá el papá y la mamá a la búsqueda.

Explica que la alerta Amber tiene su origen en Estados Unidos y en México entra en vigor en mayo de 2012.

Detalló que es un sistema de recuperación de niños de reacción inmediata, en la que se entrelazan los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, en forma conjunta con medios de comunicación y ciudadanía.

En Puebla, dijo, entró en vigor en agosto de 2012, pero no siempre se activa, ya que tiene un protocolo muy estricto, entre los requisitos que señala es que el niño tiene que estar en peligro inminente.

Por lo mismo, explicó que en el reciente caso del robo del niño Kevin de Jesús Herrera —de 2 años de edad— a mano armada, el 19 de diciembre de 2012 en la colonia San Manuel de Puebla, desnudó la ineficacia en Puebla.

“La negligencia es terrible al no activarse la alerta Amber, la mamá llega corriendo a la agencia de Ministerio Público del bulevar Valsequillo gritando que le robaron a su hijo, pero la Procuraduría nunca activó la alerta.”

Detalló que la negligencia fue tal de la agente del MP, que la hizo esperar de ocho de la noche hasta la una de la mañana para tomarle su declaración, ya que había gente esperando antes que ella.

También recordó el caso en Izúcar de Matamoros, donde en 2012 fue robada en el Hospital General un bebé recién nacido y donde fue aprehendida la enfermera Areli Contreras Andrade, de 25 años de edad, luego de que se llevó a la menor.

“La justicia operó a medias, la señora se alivia en el Hospital General de Azúcar, de Itzel Juárez; al tercer día llega una enfermera, se la lleva a bañar, la saca de la habitación, para nunca más volver a verla.”

Finalmente, dijo, la mujer está procesada y sentenciada, pero no se recuperó la niña porque las autoridades no pudieron obtener de la delincuente la declaración de a quién le dio la bebé.

”Lo que llama la atención es que su defensa legal fue con abogados caros, provenientes de despachos importantes, abogados penalistas que la defendieron, ¿con un sueldo de enfermera podría pagarlos?”, dijo.