En medio de un impresionante cerco anti-prensa se realizó la visita de la directora nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Teresa Franco González Salas, quien convivió con el gobernador Rafael Moreno Valle.

Entre bromas, risas y apapachos, además del bloqueo a la prensa, se reunieron enmarcados en una controversia jurídica que data de hace varios meses, entre el gobierno de Puebla y el organismo federal, por el caso de la construcción del teleférico.

La orden fue obvia y cumplida. “No se pueden acercar a la directora los reporteros”, confirmó una fuente del mismo gobierno.

Ambos personajes llegaron juntos a bordo de la misma camioneta a la Casa de la Cultura, donde se dieron cita para el evento denominado “Primer Poblamiento de las Américas”, programa de la UNESCO.

La camaradería entre el mandatario estatal y la dirigente nacional del INAH se hizo notar desde la llegada al recinto, donde a toda costa se evitó que fueran abordados por más de una docena de reporteros que esperaron pacientes.

Luego de más de una hora del evento, realizado en la Biblioteca Palafoxiana, la funcionaria y el gobernador hicieron un breve recorrido por la Casa de la Cultura sin que nadie de la prensa pudiera acercarse.

Al final, el gobernador —impaciente— se adelantó, luego de que Teresa Franco se atrasó saludando a reconocidos antropólogos del INAH, lo que originó la molestia visible en la cara del mandatario.

Finalmente, ambos personajes salieron por la puerta trasera del recinto, siempre flanqueados por los guardias de seguridad.

Ya por la tarde, la dirección de Comunicación del gobierno del estado, a cargo de Fernando Crisanto, emitió un comunicado sobre el evento sin prensa y envió el audio de los discursos.

No prensa
La cita para reporteros al evento fue a las 11 horas, donde la directora del INAH dio una rueda de prensa.

Minutos después de concluida, personal de seguridad del gobernador del estado empezó a colocar cordones, comúnmente conocidos como “cadenas”, para evitar el acceso única y exclusivamente a los periodistas.

Inmediatamente fue sitiado desde la entrada principal hasta las escaleras del recinto, donde el personal de Comunicación del gobierno de Puebla y los guaruras impedían las entradas.

Esto causó la molestia inmediata de los reporteros, quienes pedían solamente ir a la sala de prensa instalada en el recinto; sin embargo, el personal de seguridad sólo señalaba que eran órdenes.

Uno de los guaruras directamente impidió el trabajo de este reportero al pedir que bajara al primer piso, ya que el segundo estaba restringido para la prensa.

Al negarse, inmediatamente el guardia con voz intimidante pidió que si se quedaba que no sacara ni una nota.

Posteriormente, al recibir instrucciones, nuevamente se acercó a pedir que se le acompañara a la parte de atrás y no abajo. Finalmente se accedió a la petición, para evitar mayor conflicto.

Luego de la llegada del gobernador y la directora del INAH, los comunicadores trataron de acercarse, pero se los impidió el cuerpo de seguridad, sólo su comitiva fue dejada pasar al segundo piso, para acceder a la Biblioteca Palafoxiana.

Ahí, en la escalera, los reporteros exigieron la entrada; sin embargo, hubo oídos sordos a las peticiones, que en algunos casos hasta eran en tono de broma: “Vamos a consumir pomo”, gritó un fotógrafo en broma por las “cadenas”, muy similares a las de los “antros”.

—¿Quien dio la orden de no dejarnos pasar?

—Son órdenes —fue la respuesta siempre—.