Ayer el morevovallismo vivó un auténtico “viernes negro”. Las críticas contra el brutal uso de la fuerza policiaca fueron en ascenso, luego de se confirmó la muerte del menor de 13 años, José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo.
El senador de la República Manuel Bartlett Díaz escribió en su cuenta de Twitter que el Senado tomaría cartas en el asunto. Apenas este miércoles los senadores y diputados federales de izquierda pidieron “la cabeza” del gobernador Rafael Moreno Valle.
En la explanada del Hospital General del Sur, familiares y amigos de José Luis Tehuatlie Tamayo recibieron la noticia entre oraciones y con escepticismo trataron a los médicos que les dieron la información.
En el desalojo del pasado 9 de julio los policías estatales ocuparon gases lacrimógenos (CS y CN) y dispararon balas de goma de 12 milímetros con aleta estabilizadora, catalogados por Amnistía Internacional como letales.
Sin embargo, el morenovallismo trató a toda costa de inculpar a los pobladores. El pasado 16 de julio, Elia Tamayo Montes, madre Tehuatlie Tamayo, denunció en el Senado de la República al gobierno estatal de Puebla al recibir presiones políticas: “Yo me siento muy presionada del señor gobernador porque él anda buscando quién es el responsable y aquí él mero es. A mi hijo le tocó una bala de goma y yo le pido que no mienta más. Yo aquí, en la Cámara de Diputados y Senadores, les pido que manden un médico para que esté valorando a mi hijo y le dé seguimiento”.