Aunque finalmente no bajó la Virgen de los Remedios, una mezcla de rituales prehispánicos y católicos enmarcaron las protestas contra el proyecto del Parque las Siete Culturas en la zona de la Gran Pirámide de Cholula.

Para evitar un conflicto religioso entre feligreses de San Andrés y San Pedro Cholula, se prefirió, de último momento, no bajar la imagen religiosa en plena fiesta del 8 de septiembre, cuando miles de personas llegan a visitarla en procesión.

Sin embargo, en protesta, los pueblos cholultecas quemaron por primera vez una figura con referencia a la política entre las llamadas “panzones”, dedicado al gobernador Rafael Moreno Valle, utilizada “en sacrificio”.

Aunque había señalamientos que también se representarían a los presidentes municipales Leoncio Paisano y José Juan Espinoza, de San Andrés y San Pedro Cholula, respectivamente, finalmente no se hizo.

Las imágenes religiosas que sí se utilizaron fueron las de San Andrés, sacada del templo del zócalo sanandreseño y la de la Virgen María, las que hicieron un recorrido por los campos expropiados por el ayuntamiento.

A pesar de que los lugareños pidieron a distintos grupos de los barrios que bajaban del cerro se unieran a la protesta, nadie lo hizo, señalando en discusiones que nada ganarían con eso de mezclar la política con la religión.

La quema
Cada año desde hace más de 150 los barrios de San Pedro Cholula, en el cerro Tlachihualtépet, queman enormes figuras de cartón que por lo general representan a los mayordomos de cada parroquia, a quienes “se ofrecen en sacrificio” para una buena cosecha.

Este ritual es una mezcla del catolicismo con costumbres prehispánicas en las que se sacrificaba a un guerrero a quien le daban de comer frutos de toda la zona, para luego de quitarle la vida comerse un pedazo de su carne, para que hubiera abundancia.

Las figuras de cartón llamadas “panzones” son quemadas una a una, representando por lo general a los mayordomos de los templos del lugar, como una señal de respeto y agradecimiento.

Sin embargo, ahora por primera vez en la historia se realizó una figura con representación de un político, en este caso del mandatario estatal, para mostrar su descontento por las expropiaciones y el proyecto del parque referido.

Esta figura —como una especie de piñata de cuatro metros— fue traída de San Bernardino Tlaxcalancingo, y representó a una mujer indígena con vasijas llenas de manzanas y largas de trenzas y vestido azul con blanco. Los pobladores le escribieron el nombre de “Rafaela”.

Además, en su alrededor se pusieron una especie de reguiletes muy parecidos al utilizado en la campaña del mandatario estatal, cuando encabezó la coalición Compromiso por Puebla, en 2010.

La quema de esta figura fue junto a una gran manta en la que se expresaba textualmente: “Cholula se ama, se defiende”.

Uno de los organizadores de la quema, Fernando Amaxal, señaló que tradicionalmente Tlaxcalancingo siempre trae un panzón: “Pero ahora este año le cambiamos por una mujer”.

—¿Por qué tiene el nombre de Rafaela?

—No hay nada más que explicar.

—¿También los reguiletes es parte de?

—No es una protesta, nosotros no estamos protestando, nosotros estamos aquí celebrando un año más de usos y costumbres de nuestras tradiciones.

—¿En su población hay malestar con el gobierno?

—Mire, es un secreto a voces, sí, creo que todo el estado está molesto, pero desgraciadamente no se tiene el tiempo para presentarse a una protesta —dijo al señalar que se invierte más de una semana de tiempo y cerca de 5 mil pesos para crear la figura.

En tanto, miles de personas subieron en procesión al cerro Tlachicualtepetl, en el cual tiene en su interior la Gran Pirámide de Cholula, con un “menjurje” entre lo prehispánico, como ofrendas, bailes y demás rituales, con lo católico, para las buenas cosechas para el siguiente año.