Información proporcionada por policías estatales al portal e-consulta confirmó que en el operativo del pasado 9 de julio en Chalchihuapan la policía del estado sí ocupó armamento antibarricadas, el cual disparó en contra de pobladores de San Bernardino, causando heridas a pobladores y la muerte al niño José Luis Alberto Tehuatle Tamayo.
En una nota publicada este viernes por el portal e-consulta se despliegan oficios con el armamento con el que cuenta la policía y versiones de policías que participaron en el operativo del 9 de julio, señalando el uso de este armamento antibarricadas, el cual se disparó contra pobladores.
“Cambiaron los documentos antiguos para que vieran que no había esas granadas, que es lo que manifestaron a los peritos, que sólo eso usábamos y no es cierto. Teníamos un montón de proyectiles de barricada y se los acabaron en el operativo, ya no tenemos ni uno”.
Intolerancia Diario publicó, en su edición del 12 de agosto, el uso de armamento antibarricada, el cual, debido a sus características especiales, no debe ser disparado contra personas.
“Entre las evidencias del armamento ocupado por la policía estatal el pasado 9 de julio destaca el proyectil de gas CN de 37/38 mm, proyectil antibarricadas. Dicho proyectil sirve para ser disparado únicamente en contra de barricadas y de vehículos”, publicó Intolerancia con antelación.
No se trata de un proyectil para ser disparado de manera directa en contra de las personas pues, de dispararse en contra de personas, puede causar heridas severas o la muerte, señala la información técnica del fabricante Defense Technology.
Pero en todo momento la SSP negó el uso de este armamento y contar con este tipo de armamento.
En la recomendación que emitió la CNDH sobre el caso Chalchihuapan se enlista el armamento utilizado por la policía la tarde del 9 de julio. Pero no se reconoce el uso de proyectiles antibarricadas.
Sin embargo, la información se basa en la obtenida por la comisión. La declaración presentada este viernes en el portal e-consulta confirma el uso de armas contra barricadas, que al ser utilizadas fuera de los protocolos de seguridad del fabricante resultan ser letales.
La misma recomendación 2VG/2014 resalta la ausencia de capacitación para el uso de armas no letales.
“Así las cosas, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ante el resultado del enfrentamiento y la falta de adiestramiento y capacitación del personal que participó en los acontecimientos, observó que el uso inadecuado del armamento no letal, concretamente de los proyectiles de largo alcance irritante cal. 37/38 mm CN y CS, modelos 3221 y 3231, evidenció la ausencia de estrategias apropiadas para proteger el orden público, la integridad de las personas e incluso la vida, así como una omisión en la observancia de los principios sobre el uso de la fuerza que establecen la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley para Proteger los Derechos Humanos y que Regula el Uso Legítimo de la Fuerza por parte de los Elementos de las Instituciones Policiales del Estado de Puebla, la Ley de Seguridad Pública del estado de Puebla, el Protocolo para la Actuación de la Policía Estatal Preventiva frente a Actos Ilícitos dentro de las Manifestaciones en el Estado de Puebla y el Protocolo para la Actuación de los Elementos Policiales de la Secretaría de Seguridad Pública en el Estado de Puebla para Preservar y Restaurar el Orden Público en caso de Manifestaciones, Respetando los Derechos Humanos”.
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El 12 de agosto, a un mes del operativo, Intolerancia documentó cómo durante el operativo del 9 de julio policías estatales dispararon proyectiles antibarricadas que dispersan gases.
Entre las evidencias del armamento ocupado por la policía estatal el pasado 9 de julio destaca el proyectil de gas CN de 37/38 mm, proyectil antibarricadas.
Dicho proyectil sirve para ser disparado únicamente en contra de barricadas y de vehículos.
No se trata de un proyectil para ser disparado de manera directa en contra de las personas pues, de dispararse en contra de personas, puede causar heridas severas o la muerte, señala la información técnica del fabricante Defense Technology.
El proyectil sólo puede ocuparse como parte de un conjunto de tácticas y sólo puede ser utilizado por personal de seguridad debidamente entrenado.
Si el armamento es ocupado sin cumplir las normas del fabricante, los proyectiles de gases pueden ser letales y hasta causar la muerte.
La estructura del armamento cuenta con una capa de goma o de espuma que se desprende cuando el proyectil impacta en contra de la barricada, desprendiendo el gas CN.
Sin embargo, en la manifestación del 9 de julio no existieron barricadas colocadas por los habitantes de San Bernardino Chalchihuapan, como atestiguan declaraciones, testimonios, videos y fotografías.
Pero la confusión provocada en el operativo policiaco obligó a ocupar de manera desordenada y sin seguir las recomendaciones, tanto de manuales tácticos como de información técnica de los fabricantes, el armamento antidisturbios.
Es decir, la policía estatal ocupó de manera “defensiva” y no táctica el armamento.
La efectividad del armamento de gases depende de condiciones climatológicas. En espacios abiertos y con el aire en contra, el uso de gases lacrimógenos disminuye su capacidad de control de disturbios.
Dichos proyectiles están diseñados para liberar CS o CN en recintos con barricadas o vehículos. Tal es la fuerza del proyectil que puede penetrar parabrisas de un coche a 100 pies, 3.4 pulgadas de madera contrachapada de 75 pies, un cuarto de pulgada de placa de vidrio a 200 pies, una puerta de núcleo hueco a 175 pies y una puerta a 200 pies.
El proyectil aloja 25 centímetros cúbicos de agente químico en forma de aerosol, y esta cantidad de agente químico puede desactivar a sujetos en una caja cúbica de 4.500 metros, señala Defense Technology.
Pero la potencia de sus agentes químicos de dispersión disminuye si es activado en espacios abiertos o con árboles.
Los proyectiles producen distintos efectos sobre el objetivo: sensación de ardor en los ojos, tos, lagrimeo, dificultad para respirar, opresión en el pecho, cierre involuntario de los ojos, sensación de ardor en la piel expuesta. Puede causar náuseas y vómitos si el individuo está expuesto a una gran concentración o si el agente se ingiere. Reduce el nivel de esfuerzo físico que el individuo puede sostener.