La multa por 168 mil 225 pesos impuesta a Martín Camacho Morales, resultado de la infracción de la Profepa, resulta injusta para los voluntarios del aviario, “porque es injusto que lo sancionen cuando trabajó totalmente entregado al aviario”, coincidieron.

Lo que encuentran en la persecución gubernamental, dijo una de las voluntarias, es que el gobierno tuvo miedo de la oposición que mostró Camacho Morales a la modernización del Parque Ecológico y la entrega del aviario a manos de particulares.

Martín Camacho Morales, resaltaron algunos de los voluntarios, siempre fue un servidor público pacífico, incluso recuerdan que cuando entregó las llaves del aviario a la Profepa también lo hizo de manera pacífica, “incluso suplicó solamente que cuidaran las aves”.

Lo que perciben los voluntarios es que la opinión pública poblana está del lado de Martín Camacho, porque incluso a su salida del aviario recibió varias ofertas de trabajo que —dice— todavía las tiene en estudio.

Y aunque reconocen complicado juntar el respaldo de los 85 voluntarios que estuvieron muchos años en el aviario, afirmaron que desde este miércoles buscarán reunirse con todos y apelar por Martín.

Los voluntarios respaldan al exdirector del aviario, porque saben que siempre se condujo de manera correcta, por eso aseguraron que de ser necesario están dispuestos a encabezar una colecta.

Empero dijeron que la sanción económica aplicada por la Profepa es una montaña de dinero que muy pocos poblanos pueden juntar, por eso reiteraron que de ser inevitable “ojalá le reduzcan la sanción, porque esa cantidad será difícil de juntar”.

Además de la colecta que tienen programado realizar, dijeron los voluntarios, también están dispuestos a realizar rifas, porque tienen confianza en la adecuada conducción del exdirector del aviario y las sanciones, afirmaron, no responden a la realidad.

“Nosotros no creemos que sea culpable de las sanciones que le impuso la Profepa, porque Martín es un hombre íntegro, de trabajo, y que sostuvo el aviario sin más recursos que los que entregaban los visitantes”, coincidieron.

Los voluntarios del aviario recuerdan que ese espacio de recreación y de investigación animal no era un lugar de lucro y más bien funcionaba como una cooperativa, sin serlo.

Y es que aseguraron que trabajaban con capital pero no para el capital, por eso, oncluyen que las cooperativas no lucran y el aviario tampoco lucraba. “Así se desempeñó Martín Camacho, durante muchos años, con resultados, con trabajo y con un compromiso real con los animales que estaban dentro de la esfera”.