Paulina Azpiazu Peña, ahora exagente de Vialidad Estatal, fue dada de baja desde el pasado viernes por no aprobar la prueba de confianza. Aunque ni siquiera la concluyó.
El pasado fin de semana fueron dados de baja 30 elementos de la Policía Estatal con el argumento que no aprobar dicho examen de Control de Confianza.
Pero el caso de Paulina puede desnudar la situación que atraviesan decenas de despedidos, quienes han afirmado constantemente que la prueba se utiliza como excusa para dar de baja a diestra y siniestra.
La exagente ni siquiera concluyó el examen de confianza por razones de salud; sin embargo, fue dada de baja sin derecho ni siquiera a un finiquito.
Además, en sus nueve años en la corporación siempre fue personal administrativo, sin tocar las calles, por lo que ni siquiera en todo ese tiempo levanto una sola multa.
Ahora, Paulina encabeza una protesta que se está generalizando no solo de parte de los elementos policiacos dados de baja, sino también con el espaldarazo de los que están en funciones, ante lo que señalan es una injusticia.
Mamá despedida
A finales del año pasado Paulina fue mamá por primera vez, luego de sufrir un embarazo de alto riesgo que la mantuvo incapacitada.
En entrevista con Intolerancia Diario recordó lo que sufrió para poder tener a su hijo, el que afortunadamente nació bien, aunque ella termino con secuelas, todo documentado con papeles oficiales cuyas copias están en poder de este medio de comunicación.
Después de su embarazo, recuerda la mujer de 34 años de edad con ojos humedecidos, empezó a padecer del riñón, lo que fue generado por el difícil embarazo.
Su salud mermó justamente cuando en medio de su embarazo había ya iniciado los trámites de la Prueba de Control de Confianza, en su primer día.
Ya no pudo regresar a la siguiente etapa, que comprendía la entrega de distintos documentos, debido a que fue incapacitada por el embarazo de alto riesgo.
Luego de lograr que su bebé naciera bajo extremos cuidados, regresó a la corporación para que nuevamente iniciaran los trámites de dicho examen.
Pero nuevamente fue pospuesta la segunda parte debido a que empezó a enfermar de los riñones, por lo que nuevamente fue incapacitada por médicos del ISSSTEP y cometida a cirugía.
Finalmente, al ser atendida medicamente, regresó a trabajar, e inmediatamente por su voluntad solicitó concluir el examen de Confianza; sin embargo, recibió largas.
Fue hasta el viernes pasado, cuando recibió la noticia que estaba dada de baja por no haber aprobado el examen que nunca concluyó.
Debido a esta situación ha solicitado un juicio de amparo ante la irregularidad y despido injustificado, al tiempo de aclarar que seguirá el proceso hasta las últimas consecuencias, hasta no obtener su finiquito conforme a la ley.
Paulina, junto con otros 29 compañeros, señala que fue cesada de manera injusta, por lo cual ahora emprenderá una acción legal en contra de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE).
Paulina es licenciada en Derecho y tiene una maestría en el mismo rubro Corporativo.
Al acudir a la Secretaría de Finanzas para saber cuánto le ofrecían de liquidación, le respondieron que sólo podían pagarle 2 mil 500 pesos de aguinaldo y que podría cobrarlo hasta diciembre.
Además de que no tenía derecho a cobrar su prima de antigüedad porque no rebasaba los 15 años.
Refirió que su pareja y padre de su hijo también elemento policiaco se encuentra “congelado” en la Academia de la Policía Estatal, pero la quincena pasada ya les dejaron de pagar.
Refirió que probablemente la SSPE se está basando en los resultados del último examen de control de confianza que ella hizo en 2011.
Pero asegura que esta prueba la aprobó, porque continuó trabajando. “De ser lo contrario, me hubieran llamado inmediatamente para que aplicara otra vez la evaluación, pero incluso le dieron el estímulo al que tienen derecho todos los que están al corriente”.