Mónica Arriola, la hija menor de Elba Esther Gordillo Morales, falleció a los 44 años víctima del cáncer cerebral que padecía. Aunque su madre está en prisión, obtuvo un permiso especial para acompañar a su hija al final de su vida.

La exlideresa magisterial abandonó su cuarto en el hospital José María Roma, para acompañar a la menor de sus hijas antes de que muriera. La senadora por el Partido Nueva Alianza llevaba internada casi tres semanas en el hospital, pero este lunes a las 18 horas entró en fase crítica y finalmente murió alrededor de las 23:55 horas, refirieron fuentes cercanas a la familia. 

Mónica Arriola se encontraba en su casa, acompañada de su padre, Francisco Arriola Urbina, quien fue el segundo esposo de Gordillo Morales y exsecretario de Finanzas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), razón por la cual también fue investigado.

En 2013, la hija de la exlideresa magisterial fue diagnosticada con cáncer de seno, luego de descubrirse una bolita en el derecho. Tras una lucha y tratamientos médicos, Arriola se curó por completo del cáncer. Sin embargo, tiempo después fue diagnostica con un tumor en el cerebro.

El cáncer le había formado un tumor que era inoperable y desde entonces no había mucha esperanza, a pesar de que recibió tratamientos en Houston. Hace un mes la senadora viajó a esta ciudad para su tratamiento, pero a su regreso estuvo dos días en su casa y luego tuvo que ser ingresada en un hospital de la Ciudad de México.

Ante el desenlace, los abogados de Elba Esther Gordillo Morales solicitaron al presidente Enrique Peña Nieto un trato humanitario a fin de que la exlideresa sindical pudiera estar con su hija los últimos días. A través del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, los defensores enviaron la solicitud al Ejecutivo hace tres semanas. Sin embargo, este trato jamás fue otorgado por Peña Nieto y Arriola falleció sin poder ver a su madre.

Desde el 27 de enero, Gordillo Morales fue trasladada a la clínica José María Roma, en la colonia Roma, con la esperanza de que los jueces dictaminaran la sentencia de la prisión domiciliaria su favor. Incluso, el fin de semana pasado se dio a conocer que los abogados interpusieron un nuevo recurso para que la maestra fuera trasladada a su departamento en Polanco y allí cumpliera su sentencia.

Sin embargo, otras fuentes revelaron que en realidad a Gordillo Morales le urgía abandonar el hospital para estar cerca de su hija, quien dejó a tres hijos, la principal preocupación de la maestra.