Lluvia, incienso, lágrimas, rezos, pero sobre todo un clamor de justicia, enmarcó el luto de los familiares de niño José Luis Tlehuatle Tamayo, a dos años de su muerte en el poblado de Chalchihuapan.

Consulta aquí la fotogalería de la misa y el recorrido

Como si el mismo cielo le llorara con una lluvia pertinaz, ya cayendo la noche pobladores no sólo lo recordaron con una misa solemne, sino también con la bendición del monumento que edificaron en su honor.

Dos años se dicen fácil, pero para los familiares de José Luis, han sido de lucha, manifestaciones, llanto, impotencia, tristeza y falta de justicia, que desbordó este 19 de julio.

Pero atrás quedaron los tumultos en apoyo a la familia Tamayo. Ahora dos años después, solo familiares cercanos escucharon la misa en honor al niño que cimbró al gobierno de Puebla.

Y es que se esparció el rumor del miedo, de que el gobierno grabaría y detendría a quien llegara. Todo falso.

Pero eso no impidió la conmemoración en medio de la tristeza en el rostro de los escasos 50 feligreses que asisten a la misa católica celebrada por el padre Javier Solís en la explanada de la presidencia auxiliar.

De manera irónica, una manta colocada justamente arriba del altar improvisado, anuncia el servicio de una ambulancia de SUMA para los pobladores.

En tanto, la mirada de los concurrentes se fijaba en las dos velas azules, flanqueadas por enormes ramos de los que sobresalen girasoles y justo en medio el retrato del niño que conmovió a Chalchihuapan, junto al retrato de la imagen del patrono de la comunidad, San Bernardino.

Mientras que policías municipales hacen rondines constantes, familiares envueltos en olor a incienso y mujeres con rebozo en la cabeza, oraron por el alma del pequeño que murió a los 13 años de edad.

Durante los breves 30 minutos de la homilía, su madre, Elia Tamayo Montes, no dejó la mirada pérdida siempre hacia el suelo, sumida en sus pensamientos y tal vez recuerdos de su primer hijo, mientras que sus otras tres pequeñas sosegadas escuchaban la Palabra de Dios.

Justicia, dos años de exigencia 

Al término de la misa, como salido de un guión de película, inmediatamente nubes negras invadieron el cielo, pero los feligreses no detuvieron la marcha hacia el panteón de la localidad para dejar la cruz blanca bendecida.

En medio de la fuerte lluvia, el paso no se detuvo, sin que nadie dudara en detenerse, mientras se rezaba constantemente por el alma del niño.

Tras varios minutos de caminata entre las calles empedradas, grandes lodazales y la lluvia que parecía quería acompañar a la procesión, los sentimientos se desbordaron al pie de la tumba de José Luis.

“Nosotros no podemos hacer justicia, pero nos ponemos en tus benditas manos. Todo el problema que hay, sabes que hay inocentes en la cárcel, te pedimos libéralos, libera a todos los presos que son inocentes”, señaló una mujer con su acento indígena, lo que fue repetido en forma de rezo.

En el trayecto, Araceli Bautista, madre del ex presidente auxiliar detenido, Jairo Javier Montes, expuso la difícil situación que ha atravesado la población en estos 24 meses.

—¿Creen que aún encuentren justicia?

—“Creo que la única justicia que ahora pedimos es que Javier salga de la cárcel y el pueblo así lo ve (…) para nosotros eso sería como una justicia, porque si estamos de acuerdo al señor Facundo Rosas, como algo imposible, al secretario de Gobernación, solo tienen premios por su maldad y el pueblo reprimido.

”Pero que el pueblo esté tranquilo, no quiere decir que el pueblo esté agachado, no quiere decir que aquí no pase nada. Estamos esperando que Javier salga como pueblo”.

—¿A dos años de distancia, como está Chalchihuapan?

—“Pues tranquilo, la gente está en paz, tranquila, esperando a que llegue su presidente Javier Montes Bautista y esperemos que esta paz, se dé cuenta el gobierno que no queremos estar peleando todos los días.

”Con la salida de nuestro presidente, creo que alcanzaríamos esa paz en el pueblo. Sé que no vamos a ser amigos gobierno y pueblo, claro que no, lastimó, mató, eso no lo cambia nada, pero tampoco vamos a estar viviendo en una confrontación todo el tiempo, sino llegar a una sana reconciliación, como lo que es, gobierno y pueblo”.

El monumento

Para recordar a José Luis, justo al pie del puente donde el 9 de julio de 2014 se enfrentaran pobladores de Chalchihuapan con policías estatales, se colocó una columna de más de cinco metros de altura.

En su cúspide la columna carga una imagen de piedra de La Piedad al estilo de Miguel Ángel, que representa a Santa María cargando a su hijo Jesús, muerto tras la crucifixión.

El padre Javier Solís, bendijo el monumento en medio de rezos católicos, siempre en memoria de José Luis, el niño que ahora llaman los pobladores como su héroe.

La distancia del tiempo

El 9 de julio de 2014 policías estatales de Puebla se enfrentaron a pobladores de distintas comunidades en Chalchihuapan, en un desalojo que se prolongó varias horas.

Fueron nueve los lesionados reconocidos oficialmente, con un niño muerto, el saldo del enfrentamiento en el que la Policía Estatal violó gravemente los derechos humanos de los pobladores.

Así lo determinó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, luego de emitir la recomendación 2VG/2014, en la que sus 11 puntos se han cumplido “a medias”.

En tanto, de los cientos de personas participantes en el enfrentamiento, incluyendo policías y pobladores, solo hay una persona detenida y ni siquiera tuvo nada que ver en la muerte del niño José Luis Tlehuatle Tamayo.

Se trata del ex presidente auxiliar de Chalchihuapan, Jairo Javier Montes Bautista, detenido por intento de homicidio contra los policías.

Esos mismos uniformados están libres a pesar de que se comprobó que mataron al niño de 13 años de edad, José Luis.

En tanto, cada uno de los lesionados recibieron indemnizaciones que oscilan entre los 100 y 300 mil pesos, mientras que Elia Tamayo, madre de José Luis, ha rechazado constantemente el millón 500 mil pesos que le ofrecen como pago del daño.