La reubicación de 341 casas en Huachinango y Tlaola, dañadas por la tormenta tropical Earl el pasado agosto, se realizará hasta que se tengan predios urbanizados con drenaje, alcantarillado, agua potable y energía eléctrica, además la administración estatal estudia la posibilidad de expropiar terrenos, reveló el delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Lazcano.


Una oferta más del gobierno federal y estatal a los vecinos afectados es la de construir sus viviendas en áreas localizadas a 35 minutos de sus domicilios, pero ninguno ha aceptado, pormenorizó.

“Nosotros siempre respetaremos los usos y costumbres de las personas que viven en esas áreas, por eso no se les puede obligar a trasladarse a la fuerza”.

Román Lazcano reiteró que otra posibilidad es la de realizar una expropiación, a través del gobierno estatal, ante el encarecimiento de los predios provocado por los propietarios quienes antes del desastre los vendían a  500 pesos el metro cuadrado, pero ahora los ofertan de mil pesos  a 2 mil pesos.

En ese marco, consideró, que las autoridades federales esperarán pacientemente hasta que se tenga el predio adecuado para comenzar a ejecutar el programa de construcción de viviendas porque los afectados necesitan vivir sin inconvenientes que lamentar en época de lluvias.

“Se perderían si ellos renuncian”

El delegado de la Sedatu consideró remota la idea de que los afectados quieran renunciar al beneficio de ser trasladados a otro lugar.

Pero advirtió que si las personas quieren seguir viviendo a la orilla el río y construir nuevamente sus casas ahí, “el gobierno del estado y el gobierno federal tendríamos que aceptar la renuncia expresa del beneficiado, pero todo quedaría establecido legalmente”.

Los recursos del FONDEN no se perderán, insistió, por estar etiquetados y el dinero para la inversión del inmueble se les entregará.