En medio de pétalos de rosa, llantos, decenas de coronas de flores y a través de un corredor cercado por los puestos del Mercado Hidalgo y el fuerte dispositivo de seguridad montado por los integrantes de la 28 de Octubre, fue despedida Meztli Sarabia, quien fue ejecutada el pasado jueves.

Así, sin detenerse la actividad del mercado más grande de Puebla y al grito de “¡venganza!”, se realizó una misa de cuerpo presente, apenas a unos metros de las oficinas donde le quitaron la vida a la hija del líder de comerciantes Rubén Sarabia, “Simitrio”.

En su dolor, los miembros de la familia de Meztli se abrazaban entre sí sin dejar de llorar, sobre todo sus cuatro hijos de entre 18 y 12 años, frente al ataúd de su madre muerta, en donde los presentes no se cansaban de gritar “¡justicia!”.

Al lugar también llegó Rubén Sarabia “Simitrio”, luego de que le concedieron salir de su arraigo domiciliario al estar procesado por delitos relacionados al narcomenudeo, de los que, asegura, es inocente. Simitrio, fue protegido por una valla de personas para impedir que gente ajena a la familia se le acercara, ni siquiera para darle el pésame.


El mensaje

Por la mañana, minutos antes de su llegada al sepelio, Rubén Sarabia “Simitrio”, lanzó un mensaje por las redes sociales. Ataviado con una camiseta blanca de la “28 de octubre”, el líder septuagenario de comerciantes ambulantes, pidió sobre todo medidas cautelares para todos los amenazados por los criminales que le arrebataron a su hija.

Al recordar cómo se registró la ejecución, sin mencionar al gobierno, Simitrio señaló que desde 1973 siguen en lucha contra el gobierno, con consecuencias como el encarcelamiento de él y su familia, además de amenazas de muerte constantes para todos.

Señaló que los criminales dejaron una cartulina, señalando que el próximo sería Simitrio y los simpatizantes del movimiento: “Por eso exigimos que el gobierno garantice las investigaciones necesarias para dar con los culpables y otorgue las medidas cautelares para todos los que están amenazados”, señaló.