Puebla quedó registrado como el segundo estado de la República donde más agresiones a periodistas se reportaron durante las elecciones del 1 de julio pasado, solo debajo de Coahuila. Así lo reveló un informe de “Red Rompe el Miedo”, integrada por distintas organizaciones de periodistas encabezadas por Articulo 19.

La violencia vivida en la entidad poblana antes, durante y después de la jornada electoral, llegó a afectar a los comunicadores que cubrieron los eventos.

Puebla registro 27 agresiones en la temporada electoral, 16 antes de la jornada, cinco el día de las votaciones y seis postelectorales, lo que significó el 14.5% del total en el país.

Articulo 19 documentó 1330 agresiones en todo el país, de las cuales 96 fueron perpetradas durante y debido al contexto electoral, es decir, más de 7.2% del total de los ataques documentados en dicho periodo. 

Así, las elecciones 2018, además de ser las que han tenido una mayor participación ciudadana en la historia de México, han sido las más violentas del presente siglo, tanto para los actores políticos como para la propia prensa.

Desde el 3 de enero hasta el 3 de agosto de 2018, la Red Rompe El Miedo documentó un total de 185 agresiones, de las cuales 96% fueron perpetradas en contra de la prensa; el resto, 3.78% en contra de un familiar de un reportero, dos en contra de observadores electorales y cuatro en contra de civiles.

Entre violencia y grabadoras

El informe relata que Puebla y el Estado de México se ubicaron en el lugar número tres entre las entidades más violentas durante la jornada electoral, con cinco agresiones cada uno.

En lo que respecta a Puebla, debido a los conflictos entre partidos políticos sobre la impugnación de elecciones fue donde se registró el mayor número de agresiones, con seis casos, equivalente al 33.33% del total en el periodo poselectoral.

De las 18 agresiones perpetradas después del 1º de julio en todo el país, las más relevantes correspondieron a Puebla, donde se suscitó un enconado conflicto poselectoral que hasta el día del cierre del informe de la Red.

Señala que del 3 al 5 de julio, periodistas de Puebla e integrantes de la Red Rompe El Miedo fueron víctimas de campañas de desprestigio, amenazas, intimidación y hostigamiento por parte de integrantes y candidatos del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Pero también de la Coalición por Puebla al Frente, integrada por el Partido Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática y el partido Movimiento Ciudadano (PAN-PRD-MC).

Detalla que el 3 de julio de 2018, dos periodistas fueron agredidas durante la cobertura en el Hotel MM, donde Morena convocó a simpatizantes y medios de comunicación para dar a conocer que presuntamente se encontraban un laboratorio electoral que había operado un fraude a favor de la candidata, Martha Erika Alonso. Como resultado, se presentaron varios altercados entre periodistas y simpatizantes de  Morena y del Frente.

Detalla la Red que una mujer periodista, de quien se reserva el nombre por cuestiones de seguridad, hacía su cobertura cuando fue intimidada por supuesto personal de Martha Erika Alonso.

Le dijeron: “No grabes, güera, que te puede pasar algo”. Además, señala que el día 4 de julio, la reportera Pía Pineda fue víctima de una agresión por parte de la misma coalición a través de una campaña de desprestigio en las redes sociales que trató de desacreditar la labor realizada en una nota publicada.

Además, el 5 de julio, la reportera Karen Meza, y Luis G. Garnica, fueron intimidados por Miguel Barbosa, candidato a la gubernatura por “Juntos Haremos Historia”, así como por varios militantes durante una conferencia de prensa.

“A la fecha, la Red Rompe el Miedo no tiene conocimiento de que los partidos políticos o sus integrantes estén siendo investigados como consecuencia de las agresiones mencionadas”, señala el documento.

“Durante procesos electorales, el periodismo y la observancia y participación ciudadana son indispensables para el correcto ejercicio del derecho público de recibir e intercambiar información, lo cual es una precondición de la posterior participación política en esos procesos”, indican.

Más violencia

Resaltan que el caso de Puebla es relevante debido a que las agresiones que se suscitaron, aunque fueron menores en cuanto al número, fueron más violentas.

Dan por ejemplo que el 1º de julio de 2018, cerca de las 14:00 horas, un grupo de personas encapuchadas y portando armas de fuego descendieron de un vehículo Jetta color negro e ingresaron a la casilla 1754, instalada en el poblado de Santa Catarina Hueyatzacoalco, municipio de San Martín Texmelucan. En el lugar intimidaron con arma de fuego a una funcionaria de casilla.

La policía municipal llegó al lugar de los hechos y trasladaron a la funcionaria a la agencia del Ministerio Público para que rindiera su declaración sobre lo ocurrido, sin embargo, no ha habido seguimiento ni investigaciones de ésta ni otras agresiones electorales, lo que nuevamente refleja los altos niveles de impunidad e inseguridad que imperan en México.

Además, alrededor de otras quince agresiones fueron cometidas en Puebla por grupos armados, que por medio del uso de la violencia incurrieron en el robo de casillas e inhibieron el voto de la ciudadanía.

“Además de inhibir el voto e intimidar a ciudadanos, de acuerdo con el testimonio de periodistas integrantes de la Red, la presencia de los grupos armados inhibió también la labor periodística, pues los medios de comunicación se replegaron y autocensuraron como respuesta al miedo provocado por esos grupos armados”, detallan.

Resalta el informe que las agresiones en contra de la prensa, de observadoras electorales y de la ciudadanía en general que se suscitaron son el resultado de la impunidad e ineficiencia del estado mexicano.

“Debido a las intimidaciones, amenazas, ataques físicos y privaciones de la libertad no sólo se vio alterado, sino que, como lo demostraron algunos casos, se inhibió por completo”, subraya parte del expediente.