Al despedir al pionero del periodismo radiofónico, Enrique Montero Ponce, quien falleció el pasado sábado, el exgobernador Manuel Bartlett Díaz aseguró que fue el primer poblano capaz de sentar en su mesa a “tirios y troyanos”, en la época en que Puebla vivía una gran polarización.

Al acudir a la funeraria Valle de los Ángeles, donde se dieron cita también los exgobernadores Melquíades Morales Flores y Guillermo Pacheco Pulido, la expresidenta municipal Blanca Alcalá, el subsecretario de Gobernación, David Méndez Márquez, Mónica Díaz de Rivera, sus hijo Mario Montero Serrano, Enrique Montero Clavel, entre otros, Bartlett Díaz destacó que uno de los mayores méritos del periodista fue el abrir los espacios a todos los grupos.

Señaló que en las cenas de Tribuna era el momento en que en una Puebla dividida se podían sentar en la misma mesa “tirios y Troyanos” para dialogar, mostrando la pluralidad promovida por Don Enrique Montero Ponce.

Reconoció que fue el quien buscó al periodista más serio e influyente en los años noventa en Puebla y fue su asesor como gobernador.

En tanto, el empresario y amigo del maestro del periodismo radiofónico, Jaime García Calderón señaló que ahora ha nacido la leyenda, y destacó la formación de periodistas que pasaron por el grupo que dirigió el comunicador.

Indicó que la etapa de Enrique Montero Ponce sigue viva, pues dejó una escuela invaluable para Puebla y la región, y tiene muchos alumnos, y es una leyenda que tuvo tantos amigos que va a seguir estando vivo.

Recordó que el y director general de Tribuna Radiofónica, en vida acumuló 18 mil 25 días detrás de los micrófonos.

La misa

Fue el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, quien se encargó de la misa de cuerpo presente del periodista, que el 31 de octubre de 2019 cumplió 50 años de transmisiones radiofónicas ininterrumpidas.

Destacó que fue un maestro del periodismo y es una gran pérdida para la sociedad, pero reiteró el papel que jugó en la comunicación.

Agradeció que en los últimos 20 años se transmita la misa dominical de catedral a través de la radiodifusora, abriendo un espacio para que los católicos puedan de una manera participar en la ceremonia.

Su cómplice en el fútbol

A la capilla acudió su cómplice en el fútbol, Emilio Maurer Espinosa, acompañado de Luis Enrique Fernández, y en entrevista anterior destacó que gracias a la intervención del periodista Puebla en dos ocasiones no se quedó sin fútbol.

Su equipo presente

Durante la ceremonia estuvieron presentes las reporteras que iniciaron con él como Irma Sánchez Meneses, Hilda Luisa Valdemar, Pilar Bravo Martínez, Silvia de Julián Anguiano, su colaboradora de los últimos 25 años, Gabriela Cruz.

Asimismo llegó Juan Carlos Valerio, Patricia Estrada, Enrique Núñez, Ismael Ríos, quienes participaron en un momento con el periodista.

Otros colaboradores fueron Melquíades Martínez, Gerardo Mani, quienes operaron los controles.

Asimismo hubo personajes de la vida académica como Emilio Baños, rector UPAEP, acompañado por Antonio Sánchez Díaz de Rivera, el comunicador Carlos Martín Huerta además de  Valentín Meneses, Jaime Alcántara, Víctor Cárdenas, Javier Luna.

La pluralidad

Enrique Montero Ponce fue el primero en abrir los micrófonos de la radio en Puebla a través del noticiario Esquina Radiofónica (hoy Tribuna) a la izquierda poblana hace medio siglo.

Mientras los periódicos de la época como Sol de Puebla, Heraldo de Puebla, propiedad de las familias García Valseca, y Alarcón, identificadas con la ultraderecha cerraron los espacios a los grupos de la izquierda universitaria.

Al crear al primer noticiario que cumplió en el mes de octubre 50 años, el periodista tuvo acercamientos con los líderes de la época quienes lo reconocieron públicamente y les dio espacios.

A través de los micrófonos de Esquina que se transmitía por la estación XEHR, estuvieron personajes como Luis Rivera Terrazas, Alfonso Vélez Pliego, Rosa Márquez Cabrera, Luis Ortega Morales, Alejandro del Castillo.

Rivera Terrazas era miembro del Partido Comunista Mexicano, y uno de los fundadores de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la cual abandono al cambiar su rumbo.

En 1976 a la muerte del arzobispo Octaviano Márquez y Toriz, Enrique Montero Ponce reunió en su casa al nuevo líder de la grey católica, Ernesto Corripio Ahumada, así como al entonces rector de la Universidad Autónoma de Puebla, Luis Rivera Terrazas para poner fin a la guerra entre la iglesia con la izquierda universitaria.

Tras la reunión sostenida no hubo más señalamientos hacia la iglesia por parte de la universidad, ni del clero hacia la casa de estudios con lo cual se puso fin a una guerra ideológica de más de veinte años.

Además hizo amistad con el líder de la 28 de Octubre, Rubén Sarabia Sánchez “Simitrio”.