Investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz han realizado una nueva investigación que respalda la posibilidades de que exista un océano bajo la superficie helada de Plutón y han ofrecido algunas pistas para dar con el mismo cuando la nave de la NASA New Horizons llegue al planeta enano en 2015. Las imágenes que proporcione la sonda podrán ayudar a los investigadores a determinar si una gran masa de agua líquida permanece oculta. Los autores del estudio creen que ese océano tiene 135 kilómetros de profundidad y se oculta bajo una capa de hielo del mismo espesor. No creen que pueda albergar vida pero si existe, cabe la posibilidad de que otros mares existan en otros lugares del cinturón de Kuiper con mejores condiciones de habitabilidad.

La superficie exterior de Plutón está compuesta por una fina capa de nitrógeno helado que cubre otra capa de agua también helada. Los científicos planetarios Guillaume Robuchon y Francis Nimmo querían saber si podría existir un océano bajo esa corteza congelada, y qué signos visibles dejaría un océano en la superficie.

A un promedio de cuarenta veces la distancia entre el Sol a la Tierra, Plutón parece un candidato poco probable para albergar un océano, aún bajo tierra. Pero el calor para derretir el hielo puede provenir de su interior. Según los científicos, la principal fuente de energía probablemente se derive de su interior rocoso, donde los isótopos sufren decaimiento radiactivo y se cree puede haber potasio, necesario para mantener el océano.

Tras estudiar la evolución térmica del planeta enano, los investigadores se dieron cuenta de que la mejor manera de identificar un posible océano es... que éste no exista. El motivo es que, como los cuerpos esféricos giran, su momento angular tiende a empujar el material hacia el ecuador, formando un bulto. Si Plutón tuviera un océano, el hielo fluiría, reduciendo esa protuberancia. Por lo tanto, la aparición de un bulto -posiblemente de diez kilómetros de altura y fácilmente identificable- en el planeta enano significaría la ausencia de mar