Visionaria, oportuna, talentosa, muchos adjetivos podrán tratar de describir a Julia Child. Imitada por muchas mujeres, envidiada por otras tantas, venerada por otras muchas y por muchos maridos, Julia Child perteneció a esa clase de personas que duermen su talento durante muchos años, 36 para dar una cifra exacta. Casada con un diplomático norteamericano hubiera seguido siendo una figura de segundo plano hasta el día en 1948 que probó un lenguado a la Meunière. Ese día se decidió su vida, descubrió su pasión por la cocina y además, se convirtió en una promotora incansable de la misma, precisamente en el momento en que el norteamericano promedio se empezaba a inclinar por los enlatados y la comida rápida.
En aquellos días de la posguerra, junto con el renaciente Sueño Americano, surgió un instrumento que ella haría suyo para promover sus ideas culinarias y enseñar a la mujer norteamericana los secretos de la cocina francesa en su mismo hogar: La televisión.
Durante cuatro décadas, los hogares norteamericanos sintonizaron a Julia Child para hacer algo más que una simple comida, pero el conocimiento de esta mujer, basado en sus estudios en el prestigioso "Le Cordon Bleu" de París, siempre fue accesible a los telespectadores, desde el ama de casa guardiana celosa de recetas ancestrales, hasta la recién casada que descubría la necesidad de una comida accesible pero atractiva en la mesa del naciente hogar.
Interpretada por Meryl Streep en la película "Julie & Julia", su facilidad de palabra ante las cámaras, su espontaneidad y su carisma le hicieron un punto de referencia que recobra vigencia ahora que se habla de las ventajas de la comida orgánica, que ella promovía sin apasionamientos, pero de la manera más convincente: por medio de deliciosas recetas accesibles a muchos paladares y la mayoría de los bolsillos.
Hoy, a 100 años del nacimiento de esta célebre chef, Google le dedica un doodle en donde las letras surgen insinuadas por toda una comida, desde la sopa hasta el postre y uno de sus 18 libros de cocina publicados aparecen en una escena de lo que bien pudo ser el primer ejemplo del empleo de la televisión didáctica para las grandes masas.