Philae, la sonda de la misión espacial Rosetta, ha encontrado moléculas orgánicas en la superficie del cometa Churiúmov-Guerasimenko. Los investigadores creen que dichas moléculas podrían haber estado involucradas en el origen de la vida.
Uno de los sensores de Philae ha descubierto compuestos orgánicos tras analizar la atmosfera del cometa 67P, informa The Wall Street Journal. Algunos de estos compuestos contienen átomos de carbono, sin los que la vida es imposible. Los científicos están analizando los datos para comprender la composición de los compuestos. Ellos pueden ser muy simples (como metano y metanol) o complicados (como los aminoácidos que componen las proteínas).
Además, el robot perforó la superficie del cometa para que los investigadores pudieran analizar su composición. Sin embargo, estos datos aún no han sido completamente analizados.
Los cometas son de gran interés para los científicos, ya que contienen materia relicta del sistema solar, que casi no cambió desde su formación (hace unos 4.500 millones años).
El análisis de la composición del cometa podría responder a la pregunta de si la vida en la Tierra vino de fuera o se originó de forma independiente. Gracias a Philae los investigadores fueron capaces por primera vez de analizar la composición química de la atmósfera del cometa y de su núcleo.
El vehículo robótico Philae se posó en el cometa el pasado 12 de noviembre y estuvo operativo durante dos días. Antes de desconectarse, el robot pudo transmitir a la Tierra toda la información. Los científicos esperan poder reanudar la misión, cuando el cometa se acerque al sol. Sin embargo, existe la posibilidad de que Philae no resista las altas temperaturas.