Con expectación, el pasado 26 de octubre fue “reinaugurado” el Museo Internacional del Barroco, una de las obras centrales de la administración morenovallista y que, bajo la tutela del nuevo secretario de Cultura, Julio Glockner, busca, sobre todo, abrir el espacio a la ciudadanía.
Mientras, el publicitado performance de lucha libre, a propósito de la exposición del artista Mauro Terán, generó escepticismo en ciertos sectores sobre las nuevas políticas aplicadas al espacio, lo que en última instancia reavivó el debate sobre qué tan accesible puede ser la cultura para una mayoría en Puebla.
Laurence Le Bouhellec, profesora del Departamento de Antropología de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), señala que parte de la crítica está centrada en el desconocimiento de la obra de Terán, quien realiza una revisión de la Historia del Arte Occidental y de México, así como una relectura de la imaginería popular y no popular de la historia mexicana a través de la figura del luchador, por lo que el performance programado como parte de la exposición “Nuevos ritos. Santos, duelos y divinidades”, fue totalmente acorde.
“Qué tantas veces la gente que estaba en contra con los cambios que el actual secretario de Cultura del gobierno del estado de Puebla quiere hacer. Qué tan frecuentemente esta gente que critica acudió a las antiguas exposiciones del Barroco, no creo que acudieron más que a las inauguraciones, no creo tampoco que hayan consumido muchas de las exposiciones que están ahí”, comentó la profesora.
Para la docente de Historia del Arte, gran parte de la polémica tiene que ver con que Puebla es una sociedad conservadora, donde “la élite quiere cultura de élite”. Este sector en México, sin embargo, a pesar de tener la capacidad de comprar arte y hacer coleccionismo, sigue siendo minoría en los museos.
“Si queremos involucrar a la población de manera general, debemos tener programas que permitan que esta gente entre, es muy penoso saber que hay gente que no tiene el valor de entrar a un museo porque se sienten menos, piensan que los van a ver mal. Es vergonzoso eso. Hay una novela de Zola del siglo XIX, que describe cómo los obreros van a Louvre y se sienten inferiores, pero es del siglo XIX, estamos en el XXI, creo que en dos siglos las políticas culturales tendrían que haber borrado estos umbrales”, reiteró.
La apuesta de la nueva Secretaría de Cultura de Puebla para lo que ahora se prepara para convertirse en un centro cultural, ha sido cimentada “sobre el hecho que no hay barrera entre cultura ni entre arte y que todo es accesible a todos”, lo que se obtuvo de manera simbólica a través de performance. Tal es el caso del Centro Pompidou (Beaubourg) en París, un inmueble cubierto en su mayoría de cristal que, desde su arquitectura, busca invitar al público que transita en las inmediaciones, demás, incluye espacios, así como actividades para niños y adolescentes, en busca de inclusión, destacó.
Las deudas del proyecto MIB
Le Bouhellec, mencionó que el difícil acceso para el público, que debe moverse en transporte público, es parte de la problemática del Museo Internacional del Barroco, dado que “la inversión tiempo-dinero es un poco difícil”. De acuerdo con el sitio de Internet del MIB, existen más de 20 rutas de transporte público, entre las que se encuentran la 33, 14 y la Ruta Azteca, las cuales transitan por el área y pueden ser abordadas en zonas como el Centro Histórico, CAPU, terminal de autobuses de la 4 Poniente y la Estrella de Puebla. Sin embargo, buena parte de la ciudad aún se encuentra desconectada del área.
Mencionó que el edificio de la Fundación Louis Vuitton, a pesar de no encontrarse ubicado en una zona céntrica de París, puso a disposición del público transporte gratuito a las afueras del metro para facilitar el traslado, por lo que podría ser una de las alternativas a replicarse en el caso del MIB, “quizá partiendo desde el Centro Histórico”.
Por otro lado, dijo que el museo había debutando con grandes muestras como "Tornaviaje: La Nao de China y el Barroco en México 1565-1815", sobre la nave española Galeón de Manila. No obstante, con el paso del tiempo comenzaron a incluirse exhibiciones poco pertinentes, mientras, los espacios fueron ocupados para distintos fines, como presentaciones de autos o graduaciones, lo que genera dudas sobre si existía una agenda desde su lanzamiento.
“Realmente la ambición que se tenía inicialmente para el museo, pues necesitaba un equipo de gente que pudiese tener muchísimas relaciones, con muchísimos museos del mundo para poder cumplir con determinado programa de exposición… significa muchísima inversión, porque obviamente las piezas viajan con seguro, sobre todo si vienen de varias partes del mundo”, puntualizó.
El difícil camino del barroco en tierra novohispana
Durante la inauguración del MIB, el 4 de febrero del 2016, el entonces secretario federal de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, celebró la apropiación del Barroco como estandarte del proyecto, describiendo este periodo como un “movimiento cultural, cosmopolita y universal”, el cual, sería preservado a través de “un museo de talla internacional”.
En un principio se tenía contemplado que en las salas serían exhibidas piezas barrocas de los siglos XVII y XVIII, así como neobarrocas, de hasta 14 países del mundo, como se informó en aquel momento.
Pero, contrariamente al entusiasmo inicial ante “la grandeza de nuestro pasado”, como también manifestó el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, la propuesta del MIB no logró generar el eco esperado con respecto a la etapa novohispana en Puebla.
La misma suerte, destacó Laurence Le Bouhellec, corrió el Museo San Pedro de Arte Virreinal, el cual, a pesar de contar con exposiciones de calidad y encontrarse asentado en el centro de la capital, se ha convertido en un inmueble que alberga mayoritariamente oficinas.
“Me parece curioso que Puebla siendo una ciudad con este prestigio novohispano, con un centro histórico con las características que tiene de arquitectura novohispana, patrimonio de la humanidad, dos veces tiene proyectos relacionados con arte barroco o arte de la Nueva España y no cuajan”, destacó.
En voz de Puebla
Intolerancia Diario salió a las calles de la ciudad de Puebla para conocer la perspectiva de sus habitantes sobre el Museo Internacional del Barroco,
La mayor parte de los encuestados, comentan que no conocen el museo por la complicación que resulta su acceso, ya que, al ubicarse en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, el transporte es escaso; asimismo, comentan que un servicio de taxi o de aplicación suele ser caro.
Los pocos poblanos que llegan al museo, aseguran que lo hacen en su automóvil particular, pero remarcaron que el gasto suele ser fuerte, ya que el estacionamiento tiene un costo de 15 pesos, pero también pagan 80 pesos por la entrada.
Realizar un gasto de esa magnitud, afirmaron, llega a repercutir en su economía, ya que consideran que el acceso es caro, además, los precios, tanto para el restaurante como para la tienda de recuerdos, son elevados.
Asimismo, aseguraron que la promoción que se hace al museo llega a ser de poca a nula, pues muy pocos conocen las exposiciones temporales, y la mayor parte de los encuestados, señalan que no conocen si se realizan actividades extras.
Para finalizar, los poblanos comentaron a reporteros de este diario que no se sienten identificados con el museo, ya que aseguran que fue construido por capricho de un gobernador, y fue colocado en una zona donde únicamente la gente de una clase económica alta puede tener acceso al mismo, por lo que esperan que el actual gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, pueda darle un giro completo al complejo, y con ello, acercarlo a los poblanos.
Con información de Mirsha Sabino