Durante un proceso de iniciación empresarial o al enfrentarnos a algún conflicto como empresa, tenemos la gran oportunidad de trabajar como uno solo con nuestros colaboradores.
Un método muy utilizado a nivel mundial es el brainstorming o lluvia de ideas generado en 1942 por Alex F. Osborn en su libro Tu poder creativo, esto como resultado de su búsqueda de ideas creativas, creando un proceso grupal, no estructurado que arroja más y mejores ideas que las que los individuos podían producir de manera independiente; este método ya es común escucharlo desde nuestra vida profesional y académica, pero a nivel empresarial tiene un sistema propio y de mucha ayuda.
El brainstorming funciona focalizando un problema, y después dejando emerger —deliberadamente y sin un orden preestablecido— tantas soluciones originales como sean posibles, maximizando sus posibilidades.
De esta manera generamos una solución creativa a diversas situaciones, dando la oportunidad a nuestros empleados de empoderarse entorno a su labor específica en la empresa.
El brainstorming resulta más provechoso cuando se hace en grupos de entre ocho y doce personas en un ambiente relajado. Si los participantes se encuentran relajados, expandirán más sus mentes y producirán más ideas creativas.
Como coach he facilitado las sesiones de brainstorming, contando con espacio libre y algo donde ir anotando las ideas, como un pizarrón, varios papeles de gran tamaño o un software especial.
Las responsabilidades del facilitador incluyen: guiar la sesión, alentar la participación de todos los convocados y tomar notas de las ideas sin analizarlas o juzgarlas en esta etapa.
El brainstorming funciona mejor si el grupo de personas es variado. Lo ideal es que los participantes pertenezcan a distintos departamentos de la empresa y tengan diferentes antecedentes profesionales. Aún en las áreas especializadas, los de afuera pueden aportar ideas frescas e inspirar a los expertos.
Los ejercicios creativos, los ejercicios de relajación y otras actividades entretenidas realizadas antes de comenzar, ayudarán a los participantes a relajar sus mentes para poder ser más creativos durante la sesión.
A continuación, les dejó pasos básicos que ayudaran a generar un excelente brainstorming:

• Defina su problema o asunto como un desafío creativo. Esto es extremadamente importante. Un desafío mal diseñado puede llevar a producir un montón de ideas que no le sirvan para resolver el problema. En general, los desafíos creativos comienzan con: ¿de qué manera podríamos…?, o ¿cómo podríamos…?
• Recomiendo 25 minutos para una sesión, pero la experiencia con el grupo le definirán el tiempo requerido.
• Una vez que comienza el brainstorming, los participantes dan propuestas y el facilitador toma nota para que todos las vean.
• Escriba cinco criterios para juzgar cuáles ideas solucionan mejor el problema o desafío. Los criterios deben empezar con la palabra “debería”, por ejemplo: “debería ser legal”, “debería poder completarse antes de cierta fecha”, “debería ser rentable”, etcétera.
• Déle a cada idea un puntaje de 0 a 5 puntos dependiendo de cuán bien cumpla los criterios anteriormente mencionados.
• La idea con el puntaje más alto será la que mejor solucione su problema. Pero usted deberá guardar un registro con las mejores ideas y su puntaje en caso que después de todo, la idea seleccionada no sea realizable.

Deseo que este método sirva para solucionar muchos de los conflictos cotidianos e importantes de nuestros negocios. ¿Cómo solucionas tus conflictos, qué tanto fortaleces la creatividad de tus empleados? Te invito a realizar una excelente lluvia de ideas.