El dato es tan contundente como su fuente. La UDLA es la universidad privada más importante en la entidad y la que imanta mayor respeto. El señor Ernesto Derbez no sólo es su rector, sino un prominente panista y miembro de su Consejo Nacional. En esta administración estatal estuvo a un tris de dirigir la SEP, Pero en su persona privó la prudencia por encima del ansia y se excusó de buena manera. La UDLA y Derbez se han mantenido fuera de las complacencias políticas y del circuito de la partidización. Derbez no es político-político, aunque haya sido miembro aventajado del primer gabinete panista a nivel nacional. Primero presidió la Secretaría de Economía para enseguida hacerse cargo de Relaciones Exteriores, en sustitución de ese relámpago llamado de Jorge G. Castañeda. Fue de los pocos que terminaron como empezaron: sin mancha y en los primeros lugares de mando. Ernesto Derbez no es político. Es —eso sí— un gran técnico, condición que pondera aún más su declaración de la noche del miércoles respecto de la honradez de la exalcaldesa Blanca Alcalá Ruiz, y su pronóstico bien matizado de que a la postre terminará triunfando el resplandor de la verdad, y que (como en otras ocasiones en las que la exalcaldesa ha sido acosada por la maledicencia) será absuelta de los embustes y engaños. No para bien de ella, sino de la política, de los políticos y —por supuesto— de todos.


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Tal vez Raúl Dorra sea el intelectual de las humanidades más importante que tenga Puebla en este momento. Sus libros están en los catálogos de las mejores editoriales de México. Ahora mismo está circulando Lecturas del calígrafo, bajo el sello de la muy prestigiada Siglo XXI, la editorial que fundara Arnaldo Orfila, al cabo de que el sátrapa de Gustavo Díaz Ordaz lo echara de la dirección del Fondo de Cultura Económica en represión por habar publicado Los hijos de Sánchez, la célebre historia de vida sobre la pobreza en la ciudad de México. Ordaz —que fue la hechura más acabada del brutal cacicazgo forjado en Puebla por los Ávila Camacho— era un hombre peligrosamente torpe, como al poco quedó demostrado en aquel baño de sangre mexicano. Díaz Ordaz supuso que la publicación de aquel libro denigraba a México. En él se cuenta de primera mano la historia de una familia de origen campesino que se establece en el mercado de la Merced, en el Distrito Federal. Al parecer, el presidente no soportó que se hablara de las marcas de sangre dejadas en la pared por “los chinchazos” de los dedos, en la noche a la hora que los miembros de la familia mataban las chinches. Pues bien, Dorra ha publicado un nuevo libro, lo cual es digno de celebración. La presentación en Puebla está programada para el próximo miércoles 8 de junio. Entre los comentaristas aparecen Adolfo Castañón, poeta, editor y ensayista; Juan Sebastián Gatti y Gabriel Wolfson. ¿Dónde? ¡Dónde más! En Profética, el único espacio plenamente reconocido por la comunidad cultural. Los otros, aunque se presenten como tales y se gaste mucho presupuesto en ellos, son vistos como espacios ajenos y distantes, puestos más para la grilla política y el lucimiento de funcionarios… Y nada más.

Chayo news
Con la novedad de que la sección 23 del SNTE es tan poderosa en lo político-electoral, que lo mismo hace valer la compra de indulgencia en un partido que en otro.