Segunda parte
Tal y como ayer lo anticipé, en esta entrega retomaré el discurso con el que Rafael Moreno Valle se comprometió ante los poblanos a alcanzar una serie de metas claras y precisas.
En aquel entonces, sus estrategias lo llevaron a externar una frase contundente y altamente electorera: “cumplo mis compromisos, o me voy”.
Este es un fragmento del famoso discurso.
“Yo soy un hombre de palabra; y como hombre de palabra, creo más en los hechos que en las palabras. Por eso, hoy, me comprometo a cumplir mis propuestas de campaña sin reservas.
Ofrezco a todos los ciudadanos de mi Estado, alcanzar metas claras en los temas que preocupan a los poblanos; metas medidas con indicadores cuantitativos, publicados por instituciones objetivas e independientes del mayor prestigio; y, si no las cumplo, me comprometo a dejar el cargo en 2014, para que la ciudadanía quede en libertad contratar a alguien que sí pueda.
1. Incrementar para el 2014, 3 lugares en la posición de Puebla, en el 'Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno', de Transparencia Mexicana; y ubicarnos entre los primeros 20 estados para 2017.
2. Escalar, para 2014, cuatro posiciones en el indicador de 'Gobierno Eficiente y Eficaz' del Imco; y, para 2017, ubicarnos también dentro de los 20 primeros estados.
3. Alcanzar, en 2014, una cobertura del 100 por ciento en el programa de '70 y más' urbano, otorgando 500 pesos mensuales, para todos los adultos mayores que no reciben el programa '70 y más' federal, y que no cuentan con una pensión o cualquier otro ingreso gubernamental.
4. Avanzar cuatro lugares en el ‘Índice de Mecanización del Campo’ del Imco para el 2014 y 6 lugares más para el 2017.
5. Mejorar, para el 2014, al menos dos lugares a nivel nacional dentro del índice de vehículos robados en el país, según el Anuario Estadístico del INEGI, y para el 2017 mejorar cuatro posiciones más.
6. Avanzar dos posiciones en el ‘Índice de Sistema de Derecho Confiable y Objetivo’ del Imco para el año 2014 y cuatro lugares más para 2017.
7. Lograr para 2014, el abasto de medicamentos del cuadro básico ampliado, en el sistema de salud estatal; y de faltar alguno, rembolsar a los ciudadanos el costo de aquellas medicinas que hayan tenido que comprar directamente en la farmacia.
Estos son los primeros retos que hoy ofrezco ante todos ustedes. Y como ya lo dije: ¡Cumplo mis compromisos, o me voy!
En los primeros 100 días de mi gobierno, enviaré al Congreso un paquete de iniciativas legales para dar certidumbre jurídica a este ofrecimiento.”
Como se puede ver todo era perfecto, hasta el último párrafo. Ahí estaba la trampa.
Porque a nadie le explicaron que la fórmula consistiría en organizar un plebiscito para consultar a los poblanos si desean que se vaya el gobernador.
Y tampoco explicaron que en esa iniciativa deben participar un millón 125 mil poblanos como mínimo, para que proceda la revocación del mandato gubernamental. Cifra que resulta una tomada de pelo, si partimos de la base de que en estas consultas ciudadanas no pueden participar partidos políticos, lo cual hace imposible movilizar a votar a tanta gente.
Si de verdad existiera voluntad de cumplir con la palabra empeñada, la solución sería más que sencilla.
En caso de no cumplir las metas, que solicite licencia y punto.
Así como solicitó licencia a la diputación federal, a la local y al Senado, puede solicitar licencia, cumpliendo así con su palabra.
Y si cumple con las cifras, pues contentos todos los poblanos, nos olvidamos de la licencia y que siga gobernando.
¿Para qué tantos brincos estando el suelo tan parejo?
Celebrando las libertades de la pluma
El día de hoy, el gobernador Moreno Valle invitó prácticamente a todos los medios de comunicación a celebrar el Día de la Libertad de Expresión.
Suponiendo que haya motivos para celebrar —y con la curiosidad de escuchar el discurso del gobernador— asistiré a este primer encuentro abierto de los medios con el nuevo gobierno.
Siempre he sido un escéptico del tema. No creo en esta celebración, y menos en que los periodistas la festinen con los gobernantes.
Resulta incongruente, irracional y hasta cursi una celebración antagónica por naturaleza.
Sin embargo, el morbo del arranque del sexenio me llevará al Salón de Protocolos.
Veremos y diremos.
Si no cumplo, ¿me voy?
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