La inminente salida de Miguel Ángel de la Rosa de la dirigencia estatal del PRD, generará una nueva guerra al interior del partido del Sol Azteca, en la antesala de la elección presidencial, en la que Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador pelearán con todo por esa candidatura.
Es bien sabido que Miguel Ángel de la Rosa búscará del Senado por la formula de la izquierda, lo cual lo obligará a separarse de la dirigencia.
En esa lógica, las fuerzas perredistas intentarán recuperar la plaza, después del pésimo resultado obtenido tras el supuesto triunfo electoral en el estado.
A la militancia del PRD le queda claro que el 4 de julio de 2010 perdieron ganando.
El botín de guerra les benefició a los morenovallistas, pero no a los perredistas.
Ni su líder alcanzó hueso, y eso los tiene que no los calienta ni el sol.
En sexenios anteriores, la izquierda logró mejores acuerdos, que ahora que supuestamente ganaron.
De ahí que buscarán una figura que intente reagrupar al periodismo, en medio de esta pírrica victoria.
Y todo indica que quien está destinada a ocupar esa posición será la perredista Gabriela Viveros, con un amplio expediente dentro de las filas de la izquierda, y quien seguramente dará mucho de qué hablar de ahora en adelante.

¿Qué está pasando en Puebla?
La famosa frase de “son hechos aislados”, acuñada por Mario Montero como secretario de Gobernación en el sexenio marinista, parece que será retomada por los funcionarios morenovallistas.
Salta a la vista que si algo hace temblar a los gobernantes poblanos es el tema de la inseguridad, sobre todo el de la presencia del crimen organizado.
Y ante cada brote, la reacción automática es negarlo.
Así las cosas, el día de ayer quedo demostrado que las balaceras recientes, ocurridas en tierras poblanas, y en concreto la ejecución enfrente de Casa Aguayo, no pueden ser borradas con una orden gubernamental.
El fantasma de la delincuencia organizada ronda con mayor frecuencia a Puebla, y puede marcar con rojo el arranque del gobierno de Rafael Moreno Valle.
Espero equivocarme, pero en Puebla los “focos rojos” se han encendido.

Otra vez la burra al trigo
No conforme con la megapifia jurídica que cometió Pablito Rodríguez Regordosa en la asignación de la plaza de toros en la reciente Feria de Puebla, el titular de la Secotrade volvió a las andadas y en el colmo de cinismo le otorgó El Relicario a Juan Huerta para un festejo más, programado el próximo 2 de Julio.
Cuando los taurinos esperaban que el manejo de la plaza de toros se realizará conforme a derecho y se realizará el procedimiento correspondiente para adjudicar a la empresa responsible, Pablito Rodríguez se empecina en violar la ley y entregar sin justificación alguna a Juan Huerta, que durante la pasada feria demostró su incapacidad para traer corridas de proyección nacional.
Hasta cuándo se tolerarán este tipo de arbitrariedades.
La promesa de cambio está en duda.