Prácticamente todos los periódicos destacaron el día de ayer en sus portadas los resultados de la elección de consejeros estatales que realizó Acción Nacional.
Llama la atención el entusiasmo imprevisto con el cual los medios reportaron que el gobernador Moreno Valle ganó la mayoría de los consejeros.
Ninguno de esos medios, sin embargo, ha explicado la razón de tanta boruca, pues en términos generales el gobierno de los partidos incumbe a sus miembros activos, y no a la población en general.
Tan es así que, no obstante ser organismos de interés público y recibir grandes cantidades de presupuesto, los partidos no están sujetos al régimen de rendición de cuentas.
Hasta ahora nadie puede preguntar en la ventanilla cómo sus dirigentes gastan los recursos que religiosamente reciben mes a mes y que suben ingentemente en periodo electoral.
Los partidos son motivo de interés y preocupación en la medida que son los que concentran la postulación de candidatos a los diversos puestos de elección popular, y que muchos de ellos ya convertidos en gobernantes, no cumplen con sus promesas de campaña.
Al grado que hoy en día, una de las grandes crisis políticas nacionales tiene como telón de fondo el descrédito de los partidos. Pero de eso nadie dice ni pío.
Si hay culpables directos de la ruina de México esos son los partidos políticos, porque son el filtro de todo y para todo.
La parálisis del país no es culpa de Felipe Calderón sino de los partidos representados en el Congreso.
La disputa por el control del Consejo del PAN tiene que ver con un hecho central de control político.
La designación de los candidatos a los diferentes puestos de elección popular.
Alcaldes, diputados locales y federales, senadores y gobernador.
Se trata de una facultad “metaconstitucional” de antaño sobre la que el nuevo gobierno no parece dispuesto a claudicar.
El término corresponde a don Daniel Cosío Villegas, fue utilizado por él para describir el fenómeno priista mediante el cual el presidente en funciones designaba a su sucesor en la presidencia.
De ser como dicen las notas de periódicos y noticiarios, de ahora en adelante será el jefe del Ejecutivo quien elija a los candidatos a los diferentes puestos de elección popular en el partido Acción Nacional.
Esas mismas notas de periódico y noticiarios dan a entender que, hasta ahora, esa facultad en el PAN se la ha arrogado El Yunque.
Aunque también muchos panistas lo dicen sin ningún rubor. Es una verdad de Perogrullo decir que Eduardo Rivera es cuota yunquista y obedece a sus postulados.
Así es que entre el Ejecutivo, que tiene un mandato constitucional emanado de las urnas, y los miembros de esa organización secreta que nadie conoce, pues que sea el gobernador en funciones el encargado de elegir a los candidatos en el PAN, y no esos personajes de quien nadie sabe más que “de oídas”.

Chayo News
Mis amigos universitarios de Actívate por Puebla se quedaron en el viaje de la elección y andan regando piedras por toda la ciudad, con el riesgo de tornarse una amenaza para los mortales transeúntes que, como yo recorremos la ciudad a pata.
Ese grupo de gentes bien intencionado no acaba de entender que una cosa son las campañas electorales y otra el ejercicio de gobierno. En la primera se reparten promesas, en la segunda los cambios son motivo de mercedes.
Por más que queramos, no somos una población de ciudadanos, sino de súbditos.
Pero además, y en términos estrictos, el nuevo gobierno no les debe nada. Pues quienes hicieron de líderes en aquel momento, ya están en posiciones de mando. En el mismo Congreso y en el ayuntamiento. ¿O no?