De comedia barata con trágico final parece el enredo creado por Miguel Ángel Yunes contra Elba Esther Gordillo. Hoy como nunca, esta situación demuestra una vez más, que sumar a un traidor a las filas implica un riesgo inminente a tu causa. Elba Esther sabe que el costo de estar en donde está, tiene que pagarse un día.
Y no de la forma en la que supuestos videntes han expresado en conferencias y libros donde juran que esta mujer tiene el poder que tiene porque vendió su alma al diablo.
Declaraciones que lejos de desterrarla de la vida política o social de nuestro país, pareciera que le dieron un plus que ni ella misma esperaba. Si ya le tenían odio y respeto, ahora se acompañaba del miedo que esta aseveración generó. Lo que nadie puede negar, es que luego de que ella accediera a la dirigencia de su sindicato, luego de traicionar a su otrora amante, Carlos Jongitud Barrios, su vida ha estado envuelta en intrigas y perfidias. Ilusos aquellos que creen en su integridad a la hora de hacer acuerdos con ella. La señora solo sabe de ganar-ganar.
No importa si atropella a familiares y amigos; mucho menos le importan los peones que a lo largo de su camino —como la máxima dirigente del magisterio latinoamericano— ha usado en su provecho.
Tal vez a esto se debe su proclividad a hacer equipos con desleales y cínicos. Miguel Ángel Yunes no fue más que un tonto útil en su trayecto por mantener el poder que aún goza.
La jactancia de la Gordillo respecto a cómo ha hecho acuerdos con los políticos más encumbrados de este país denota no solo soberbia, sino una absoluta ausencia de moral y ética política o social. El talento que tiene para defenderse es incuestionable.
Imprime tanta vehemencia en sus respuestas que casi convence hasta sus peores detractores. ¡Y ella llamaba fontanero a Manlio Fabio Beltrones! Dicen que las aguas buscan su nivel.
Y Miguel Ángel Yunes es un miserable patán a la altura de sus necesidades de poder. Lo malo es que el tipo obedeció a su naturaleza tipo alacrán. Olvidando que la Gordillo lo encumbró como nadie lo había hecho, optó por venderse, una vez más, al peor postor: Fecal.
Ante la obvia alianza entre la Gordillo y grupos tricolores encumbrados —y rumbo, por supuesto, a Los Pinos— Calderomán no consideró el peligro que esta mujer suelta implicaba en sus planes de sucesión.
De ahí que pusiera miel en el hocico de un Yunes dolido por la estrepitosa derrota que vivió en Veracruz, para voltearse sin ningún miramiento contra su creadora.
Seguramente Fecal es el que más disfruta en estos momentos de esta trifulca placera. A cambio de unos “bilinbiques”, Yunes aflojó la trompa y soltó la sopa, y los favorcitos salieron a relucir. El toma y daca de la Gordillo a su protegido, que algunos asumen hasta como su pareja ocasional (que mal gusto, de ser cierto), ha generado una oleada de comentarios, análisis y cuestionamientos que impactan en los dineros públicos de la nación.
Saber que la señora, cuyo peor enemigo fua su cirujano plástico, le exigía a Yunes la friolera de 20 millones de pesos mensuales para financiar su naciente partido (Nueva Alianza) en presencia de más de 10 personas que gustosamente Yunes pone al descubierto, es un auténtico escándalo.
Con razón la mujer vive con la sencillez de una marajá mexica, ¿no? ¿Alguien ha visto su pequeño closet? ¿No? Pues se parece más o menos a tienda departamental pero neoyorquina. Si, de Quinta Avenida, ¿eh? Tipo atelier de Oscar de la Renta, Cavalli, Carolina Herrera, Teressa Helbig, Narciso Rodríguez y por supuesto Valentino, entre otros exquisitos de los que gusta usar. ¡Con razón le exigía a Yunes semejante cantidad! Y eso que solo se trataba de un administrativo de segundo nivel federal. ¿Cuánto obtuvo de la Lotería Nacional? ¿Cuánto le pedirá a sus gobernadores electos? Un análisis que invita a pensar en el costo de su “generosa” amistad, ¿no?
Lo que no tiene desperdicio es la forma tan burda que usa Yunes para expresar que su desempeño como funcionario federal se lo debe exclusivamente a Fecal. ¡De risa loca! Con razón la Gordillo enfureció. Para toda la clase política nacional, la señora hizo un acuerdo de apoyo descarado y brutal con Fecal rumbo a la elección del 2006. Con esto aseguraba su permanencia en el poder del sindicato, de la Federación y, por supuesto, en entidades donde su palabra es ley.
De paso le cumplió a Madrazo la expresión de orinar sobre su tumba política y de mandar al PRI a la lona. Todo se le cumplió, ergo, las designaciones de sus compinches también. Y uno de ellos, por supuesto, Miguel Ángel Yunes.
El mismo que ahora sale con el sambenito de que el acudía a reuniones con la Gordillo porque tenía que escuchar todas las voces a favor de la reforma que pretendía hacer en el ISSSTE. ¡Sí, cómo no!
De igual forma, suena risible la manera en la que pretende asirse de la mano protectora de Fecal para que creamos que gracias a su enorme capacidad y talento, como limpiacaños, llegó a ocupar la secretaría técnica del Consejo de Seguridad Pública y luego el ISSSTE. ¡Por favor! A otro perro con ese hueso.
Gracias a la Gordillo el tipo no fue enviado a la cárcel por pederasta. Tal como la Cacho lo documentó en su mamotreto que tanto dinero le dio. Asunto que inexplicable, pero muy convenientemente, la Cacho no investigó igual que con Succar Kuri. ¿Por qué? ¿No le dieron chayo de por medio? ¿O qué paso?
En fin, que lo paradójico del tema es que la Gordillo vuelve a estar en el ojo del huracán. Lo malo es que ninguna de sus justificaciones- éticas, morales y políticas (¿perdón?) resultan creíbles ni válidas. Este escándalo da para más.
A ver a cuantos, Yunes y la Gordillo, van a arrastrar con sus pestilentes bembas. ¡Aguas Moreira y Peña Nieto!
Porque la deslealtad nunca se perdona
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