Bien dicen que más vale estar lejos de un incompetente que ver cuántas estupideces comete. La frase viene a colación, luego de escuchar las huecas declaraciones de Pepe Alarcón y del ñoño Juan Carlos Lastiri.
Es obvio que ambos personajes no saben lo que implica la palabra dignidad, aunque al final del día ambos son tal para cual. Tal vez eso se debe se hayan rolado los papelazos que a últimas fechas ambos han venido representando, para vergüenza de sus tres seguidores.
La absurda manera como salen a defender sus argumentos denota el tamaño de sus insensateces. Muchas de ellas surgidas al calor de pláticas insulsas que buscan aliar de algún modo con el ridículo que este par de esquiroles se congratulan en armar.
Los patéticos ejemplos que los panistas se han empeñado en ofrecernos contrastan terriblemente con lo que hasta ayer podíamos presumir. Mientras ayer éramos una marejada incontenible, hoy sólo llegamos a ser una pálida sombra de lo que pudimos ser.
Es terrible ver el espíritu aguerrido tirado como cualquier papel. Nada más decepcionante que ver caído a tanto infame que ayer todavía se las daba de coronel. ¡Ver para creer!
Pero mientras los panistas terminan por abrir los ojos, los encumbrados siguen jugando con su suerte. Para ejemplo basta con ver la suerte que ha seguido a personajes ligados directamente con el actual gobierno.
Hombres y mujeres que decidieron poner fin a cualquier resquicio de dignidad antes de ceder revendas y canonjías.
Basta con ver la intromisión descarada que se ha hecho en las obras que se realizan en la zona monumental de los fuertes de Loreto y Guadalupe.
Y qué decir de los recursos destinados a la remodelación del área a donde se ubica el antiguo sindicato La Constancia, ahora bajo la tutela de Fundación Azteca. Esto, por citar algunos ejemplos, de lo que en unos meses veremos en la entidad.
Desde luego que los cambios no son únicamente a nivel estructural, hay cambios también en la infraestructura gubernamental. Lo mismo en Gobernación que en la PGR o en la Secretaría de Seguridad Pública. Cambios que a simple vista no son evidentes, pero resultan altamente perjudiciales para la simplificación de datos.
Es decir, si las cosas te resultaban más fáciles de realizar antes, ahora se han vuelto absolutamente complicadas, por obra y gracia de los expertos en gobernabilidad y buen (¿?) gobierno.
Al margen de yerros y desaciertos administrativos sería bueno saber a dónde irán a parar los despedidos del IEE. Especialmente luego que con este nutrido grupo de desempleados van también extrabajadores de la Secretaría del Trabajo y Competitividad y exempleados del Registro Civil.
Como podemos apreciar, lo que en este sexenio falta es sensibilidad; palabra tan ligada a los afectos como ajena a nuestra realidad actual. Es evidente la distancia entre gobernantes y gobernados a tal grado que —como si se tratara de míticos villanos— no quieren mirar hacia abajo ni para lustrarse los zapatos. Anyway!
Lo que esta fuera de discusión es la entreguista mansedumbre tanto de Pepe Alarcón como del agachón Lastiti. ¿Qué se sentirá adolecer de la mínima dignidad y pundonor?
Es una respuesta que solo Lastiri sabe. Una respuesta tan hueca como falsa, tan insulsa como vana.
Típica de quienes no tienen vergüenza de nada ni por nada. Cínicos de tiempo completo y que no eximen en absoluto a quienes siendo diputados del PRI se prestan al mismo juego pernicioso.
No cabe duda, estamos en la era del cinismo descarado. Las cosas como son.