El plazo concluyó.
El negocio se desmoronó.
Y se dio como el fin de una era.
A partir de este mes, el Auditorio Siglo XXI pasará a manos de Ocesa y dejará de ser propiedad de la empresa de Raymundo Alonso Sendino, Televisión Azteca Oriente.
En estos días saldrá la convocatoria para concesionar este complejo cultural creado por Melquiades Morales a mediados de la década pasada.
Y no es que Raymundo Alonso no haya peleado por conservar el negocio, lo que pasa es que aún adeuda al gobierno del estado alrededor de 6 millones de pesos que no piensan condonarle.
No es la primera vez que Raymundo Alonso debe esta cantidad de dinero. Cuando gobernaba Mario Marín Torres también adeudaba algo similar. Lo que ocurrió es que en esas épocas, el entonces mandatario necesitaba limpiar su imagen e hizo todo lo posible para conseguirlo.
Así que cuando existía ese pasivo, Marín llamó a Raymundo Alonso para cobrarle, pero al final le ayudó: el gobernador sacó un cheque de la Secretaría de Finanzas se lo dio al empresario y este lo reembolsó a la administración estatal.
Hay que recordar que fue en el 2006 cuando el gobierno entregó el manejo del auditorio a la empresa de Alonso Sendino.
Obvio en esa época fue todo un escándalo, pues hubo otros que demandaron el control del inmueble como Alberto Ventosa Coughlan, en ese entonces jefe de asesores del alcalde, Enrique Doger.
Ventosa usó sus medios para acusar al gobierno marinista de haber entregado el control del Siglo XXI y así presionar, pero no consiguió nada.
Se sabe que Raymundo Alonso ya buscó a la gente del gobierno para que arreglen el adeudo de los seis millones de pesos y que se les quede la concesión, pero la respuesta por parte del morenovallismo fue un rotundo no.
Además, fuentes de la administración estatal contaron a estas Crónicas Marxianas que los documentos que entregaron para refrendar la concesión fueron entregados de manera extemporánea, situación que complicó más las negociaciones.
Uno de los argumentos que utilizó el gobierno fue que no era un tema personal ni de revanchismo y como muestra estaba el terreno donado por Melquiades Morales en la vía Atlixcáyotl, el cual está junto a Sicom y que no intentaron quitárselo como el del Valle Fantástico, propiedad de Ricardo Henaine.
El predio junto al Sicom está inutilizado y fue una donación de la administración melquiadista a la empresa Televisión Azteca. Hasta este momento está abandonado y sólo tiene un espectacular en el que anuncian un concierto de Joaquín Sabina.
Como decíamos unas líneas arriba, no es la primera vez que el auditorio se ve envuelto en un escándalo, pues tras su construcción se demostró que la talavera que adornaba la fachada del complejo no era auténtica.
Se dio a conocer que era resina policromada, la cual es diez veces más barata que la talavera.
Muchos empresarios dedicados al ramo de las artesanías denunciaron esto poniendo en mal a la administración de Melquiades Morales, misma que, como siempre ocurre en la política, reportó un costo más caro del original.
También el piso del auditorio se dijo que era de mármol español y nunca se pudo comprobar su origen.
Así las cosas y retomando el tema, es curioso el comentario generado entre los que se enteraron del manejo de Ocesa: “Vaya, al fin vamos a tener mejores espectáculos en Puebla”.
Ocesa —hay que resaltarlo— es una empresa que tiene además de dinero, muchísimo prestigio. Y tiene todo para hacerse cargo del Auditorio del Siglo XXI.