Ayer a través de su cuenta de Twitter, el “todopoderoso” secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, expresó y lo cito textualmente por aquello de las cartas aclaratorias: “Consideramos absurdo pensar que se puede controlar el contenido de la redes sociales”. Hasta ahí la cita.
El mensaje de inmediato fue tomado en forma positiva, debido a la controversial ley aprobada por el Congreso de Veracruz, la absurda “ley Duarte”, la cual crea el delito de “perturbación del orden público”, una verdadera censura a lo que se escribe en las redes sociales (Twitter y Facebook).
El mensaje del “todopoderoso” fue bien visto, ya que se tomó como un compromiso por parte de la administración morenovallista de que no caerá en la tentación de querer censurar lo que se exprese a través de estos medios alternativos. Ojalá y así sea. Y es que la tentación ahí está, sobre todo para una administración que no precisamente se ha caracterizado por la tolerancia hacia quienes piensan de manera diferente.
Las minorías también cuentan, y si bien es cierto que la labor de un gobierno es pensar y actuar en favor de las mayorías, es también un deber fundamental el respetar a quienes piensan distinto.
Ojalá que lo que Fernando Manzanilla dijo a través de su cuenta de Twitter sea una realidad. Veremos y diremos.
García Ramírez se mueve
Otro que, como ya lo mencione en anteriores entregas, busca también posicionarse rumbo al proceso de selección de candidatos a diputados federales es el exsecretario de Desarrollo Urbano, Javier García Ramírez.
García Ramírez busca la postulación por el distrito 9, con cabecera en Puebla capital o por el de San Pedro Cholula en donde también tiene presencia. El exfuncionario marinista se prepara para lanzar su candidatura con una fiesta de cumpleaños, la cual se celebrará el próximo sábado.
El cumpleaños del exsecretario fue el pasado día 15 de septiembre, pero lo celebrará con sus amigos este sábado, en una fiesta que tiene los dos elementos: la convivencia y el destape político.
Por cierto, que nadie se espante si dentro de la lista de invitadas a la fiesta de García Ramírez está la expresidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz, con quien el marinista he entablado una alianza política, lejos ya de los tiempos de campaña y lejos también de la vieja mano de su amigo, el gobernador Marín, a quien considera su jefe político, pero que ya no le da línea.
Las aventuras de un borrachín
El que al parecer no aprende la lección es el diputado panista Inés Saturnino, quien cree que su fuero y su cargo de elección popular son para pedir obra pública a diestra y siniestra.
Saturnino insiste en que ahora que se lleven a cabo los cambios a la Ley Orgánica del Poder Legislativo él presidirá la Comisión de Infraestructura, lo cual tal vez sea cierto, pero no le da derecho para ir a buscar a funcionarios y presidentes municipales y pedirles obra bajo la amenaza de que si no se la dan, entonces que se atengan a las consecuencias porque él será quien maneje toda la obra el próximo año.
Inés Saturnino es simplemente una caricatura de diputado y la mejor muestra de que no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace diputado.
La falta equipo a Maldonado
El día de ayer el periodista Arturo Luna Silva, en su Garganta Profunda, comentó en torno al problema que enfrenta hoy el secretario de Educación Pública, Luis Maldonado Venegas, debido a que su equipo falló en el tema de la polémica guía “pedagógica” vinculadas con el padre de la cienciología, Ronald Hubbard.
El problema evidencio el talón de Aquiles del hombre que se apresta para recibir un reconocimiento por parte de la República de Argentina. No hay dentro de su equipo de trabajo un hombre que este a la altura de Maldonado.
El problema no es menor, aunque Maldonado tomó cartas en el asunto y se espera que la polémica “guía” sea retirada; no obstante, el funcionario fue evidenciado por el trabajo de otro excelente periodista, como lo es Ernesto Aroche.
Maldonado debe de revisar a su equipo de trabajo, el cual no es la primera vez que lo mete en predicamentos, es obvio que dentro de su equipo no hay nadie a su altura y que el veracruzano no puede ser “todólogo”, ni estar en todos lados.
El compromiso de Manzanilla
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