El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, llegará en su mejor momento a rendir su primer informe de labores el próximo día 15 de este mes.
Atrás quedaron los días difíciles en donde su administración no atinaba a arrancar y las críticas se dejaban venir ante lo que parecía una parálisis, la cual era propia de las dos anteriores administraciones emanadas de Acción Nacional.
Hoy, a casi un año de distancia, las cosas caminan bien en el municipio de Puebla, en donde las necesidades son muchas, pero se ha hecho lo que se requiere para satisfacer las necesidades inmediatas de una población que ya suma casi 2 millones de habitantes.
A pesar de estar en el ánimo de la ya virtual candidata del PAN a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota, Rivera es mesurado al analizar los alcances de la victoria que obtuvo su grupo político el pasado fin de semana. “No gane yo, ganó Puebla”, le responde a Juan Carlos Valerio de TV Azteca.
Sobre su relación con el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, por primera vez de forma abierta y pública, el alcalde de Puebla reconoció que ambos tienen diferencias en la forma en que se lleva a cabo el ejercicio del poder, pero nada que ponga en riesgo la estabilidad de la entidad.
“Por encima de todo está Puebla”, reiteró una y otra vez el alcalde poblano, quien se negó a echar las campanas al vuelo.
En todo momento, durante el encuentro que sostuvo con directores de medios de comunicación y columnistas, el alcalde Rivera se dejó ver tranquilo, mesurado, muy en su estilo.
Su mesura contrastó con la algarabía de algunos de sus colaboradores que ya comienzan a adelantar vísperas y a señalar que el siguiente paso es la gubernatura del estado, lo cual se me hace francamente muy adelantado.
Por lo pronto el alcalde Rivera disfruta de su momento, precisamente ayer cumplió 40 años de edad y es hoy por hoy —ante los vacíos de poder— el hombre que encabeza al panismo poblano.
Los fantasmas de Bartlett
Si el exgobernador Manuel Bartlett Díaz quiere hacer un buen papel en la próxima contienda electoral y realmente cumplir su compromiso con la izquierda, tiene que empezar por depurar a la gente que lo rodea.
Hace unos días se dejó ver acompañado por el exgerente de la CNA, exdirector del SOAPAP y exsecretario del Medio Ambiente, Francisco Castillo Montemayor, así como por el “cuñadazo de oro”, Vicente Gil Luna, cuñado de Valentín Meneses Rojas.
Fue Manuel Bartlett quien trajo a Puebla a Castillo Montemayor a petición de Manuel Aguilera, quien lo recomendó con el exgobernador.
En el sexenio de Melquíades Morales Flores cuando Castillo Montemayor fue designado director del SOAPAP, ahí hizo mancuerna con el cuñadazo de oro, Vicente Gil Luna, quien se convirtió en el director jurídico de esta dependencia.
Las tropelías de ambos personajes serán tema de una columna más adelante, por eso Bartlett debe de cuidar muy bien sus pasos y seleccionar de manera adecuada a quienes lo rodean.
Cumple Gali
El diputado local por el distrito 3 con cabecera en Puebla, Antonio Gali López, ayer cumplió con creces con su compromiso de rendir cuentas a sus representados.
Gali reunió en el Centro de Convenciones a casi 2 mil invitados, entre los que se encontraba el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, una buena parte de los miembros del gabinete y por su puesto su padre, el secretario de Infraestructura, Antonio Gali Fayad, quien con orgullo siguió todos y cada uno de los movimientos de su hijo.
Gali López reiteró su compromiso por hacer una política con sentido social, lo cual parece una auténtica utopía en los tiempos en los que el pragmatismo político es lo que prevalece, sin embargo todos los cambios o transformaciones parten de iniciativas como las del diputado perredista, el más joven de la actual legislatura.
El tiempo de Eduardo Rivera
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