La hipótesis de que el Puebla de La Franja se ha convertido en un equipo impredecible toma forma, pues cuando aparentemente tiene todo para ganar, pierde o empata, y cuando las condiciones son totalmente adversas los triunfos llegan de manera sorpresiva. Para muestra las últimas dos victorias en terreno ajeno, frente a Jaguares y ayer domingo frente a Pumas al son de 2-0.
Desde mi punto de vista esto tiene una explicación: en el Cuauhtémoc los equipos visitantes le ponen a La Franja dos líneas de cuatro bien paradas, situación que a los Camoteros les complica el tránsito de la pelota de tres cuartos de cancha para adelante, y al estar estos en casa —y ante la necesidad de ganar— adelantan sus líneas, propiciando que los visitantes cuenten con espacios para el contragolpe al quedar mano a mano con los defensas y en varias coacciones han vacunado la portería poblana. Situación totalmente contraria a lo que sucede cuando La Franja visita, y es que ahí el local está obligado a atacar y eso permite que con el buen futbol que tienen los jugadores Camoteros puedan atacar con mayor soltura y mejor eficacia al frente. Así es que ahora el reto será saber descifrar los esquemas defensivos que imponen los visitantes en el Cuauhtémoc para empezar a cosechar victorias en casa.
Lo que no se vio en la transmisión
Varios acontecimientos sucedieron ayer en CU de 10:30 a 12:00 horas, previo al inicio del partido frente a Pumas. Primero la charla que a las 10:30 sostuvo Ricardo Henaine en el vestidor con todo el grupo. Sólo ellos —jugadores y cuerpo técnico— saben lo que ahí se dijo, pero trascendió que se les dieron garantías a los jugadores de que esta semana se les cubrirá su mes de sueldo y que —según dicen— la directiva ya cuenta con el dinero suficiente para terminar la temporada al corriente de los pagos. En contraparte, los jugadores se comprometieron a dejar todo en la cancha para intentar llegar a la Liguilla y cumplir con los objetivos trazados al inicio de la temporada.
Minutos más tarde, ya en la cancha y atrás de la portería donde anotó Luis García, se le vio nuevamente a Henaine platicando amigablemente con el portero Mario Rodríguez. Según me dicen, al final llegaron a un feliz acuerdo en el que el guardameta seguirá en La Franja el resto del torneo y cobrará su sueldo íntegro, independientemente de los rumores que rodearon al contrato del portero, pues al parecer Henaine entendió que la culpa no fue del arquero, sino de quien le firmó el contrato. En cuanto a Daniel Osorno se supo que ya también existe un acuerdo con su representante para que al jugador no se le perjudique, mismo que se dará a conocer próximamente. En lo personal, me parece que para mantener la estabilidad del grupo fue lo mejor.
Por otro lado, llamó la atención que 20 minutos antes de iniciar el juego llegaron a la cancha los hermanos López Chargoy, quienes se dieron un efusivo abrazo con Henaine y platicaron un buen rato, para irse juntos al palco de la directiva donde disfrutaron de la victoria frente a los Pumas. Dicen los que los vieron que el abrazo al terminar el partido fue más que emotivo. A mi parecer, el hecho de que exista armonía entre directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición será vital para que todos juntos empujemos fuerte para que La Franja salga adelante.
Lobos BUAP y el cese de Poblete
Cuatro derrotas consecutivas fueron suficientes para que la paciencia de la directiva universitaria se agotara, pues el bajón que sufrió el equipo después de las primeras dos victorias fue grosero. Como siempre, soy un convencido que no toda la culpa la tiene el entrenador, pero como en el futbol siempre el hilo se corta por lo más delgado, Poblete tuvo que abandonar la nave aunque también su grado de culpa fue importante, sobre todo por no animarse a sentar a algunos veteranos como el portero Mejía, que la verdad ha tenido errores garrafales que han costado varios puntos. Además, según se dice que de ultimas el buen “Búfalo” tomó actitudes que no se le conocían, no era él, o por lo menos no el que conocíamos antes de que se fuera con Romano. Me comentaron algunos jugadores que incluso se dice que casi no hablaba con ellos y que se la pasaba con su pizarrón a un lado de la cancha en los entrenamientos. Según dicen se ganó el mote de “Romanito”. Lástima, de verdad, aunque seguro esta experiencia le servirá a Carlos para darse cuenta que la base de su éxito era precisamente su buen trato, amabilidad y respeto por el jugador. Seguramente pronto tendrá una nueva oportunidad, pues como persona y DT es extraordinario. Por lo pronto hoy, y de manera interina, Gerardo González y el profesor Trejo se harán cargo del grupo en lo que la directiva decide quién viene al relevo.
Nosotros, como siempre, seguiremos en línea.
Hasta la próxima.
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