Después de la “grilla” política que desató en varios frentes partidarios, ahora presuntamente rectifica para señalar que: “entiendo que es fundamental que, en nuestras acciones, los gobiernos despejemos cualquier suspicacia al respecto y, por lo tanto, actuemos para que no quede duda de nuestra condición de demócratas”.
 
“A toro pasado” cualquier justificación es válida, viniendo de quien viene. Sin embargo, su mensaje político pesó y generó la polémica deseada en momentos de veda electoral.
 
Ahora cuando los demócratas salen del closet, los hay de todos los colores y sabores. Nuestra endeble democracia aguanta esto y más. 
 
¡Qué más da que el propio presidente diga públicamente sus preferencias partidarias! Actuar como un árbitro institucional para salvaguardar la legalidad es un viejo cliché.
 
Este tipo de actos no son meras ocurrencias o producto de la casualidad, fueron acciones deliberadas para favorecer a su candidata.
 
Con este apoyo presidencial, Josefina Vázquez Mota disfruta sus comidas y “cacarea” el apoyo oficial. La “censura” del IFE sólo alcanza para hacer llamados al buen comportamiento. Ayer lo vimos con el expresidente Vicente Fox, cuando hizo campaña electoral.
 
Los fantasmas de una elección de Estado rondan en el escenario nacional. Si no, al tiempo.
 
Mientras la bomba mediática ha cumplido su papel, en el imaginario social ha quedado la percepción de que Enrique Peña Nieto no lleva tanta ventaja, que doña Josefina Vázquez Mota lo ha alcanzado y Andrés Manuel López Obrador se ha quedado rezagado.
 
Ahora bien, son entendibles las débiles posturas asumidas por Peña Nieto y López Obrador, desde el punto de vista de una estrategia electoral, pero no válida para un momento como el que se vive en el país.
 
No es un debate para ver y saber quién es más demócrata, tampoco intercambio de misivas y frases halagadoras entre los candidatos del PAN y PRI. Es la lucha por el poder.
 
Luis Videgaray, coordinador de la campaña de Peña Nieto, dije que “lo que escuchamos hoy es la actitud, es el tono que México necesita de su presidente, no la intervención que tuvo, bienvenida la rectificación, enhorabuena”, se inscribe en una razón de táctica-política en cuanto a no enfrentarse con el presidente en estos momentos, para que su aspirante no se muestre rijoso o “peleonero”.
 
Buscan verse atrás de los aparadores de la presunta democracia, como los civilizados y unos políticos de altura.
López Obrador no cayó en la provocación y tampoco asumió una actitud contestaría.
 
Si alguien tiene duda de que los tiempos de la relación partido-gobierno habían terminado, pues nos hemos equivocado. No sólo la practicaba el partido viejo (PRI), también son los nuevos hábitos en el PAN.
 
Como si no hubiese pasado nada, Calderón Hinojosa —acompañado de Gustavo Madero— llegó como hombre de partido a su Consejo Nacional. Atestiguó, votó y quedó satisfecho de que sus cuadros quedaran en los primeros lugares de la lista nacional de senadores panistas.
 
Quedó demostrada su rectificación, despejó dudas. Podemos dormir tranquilos, su compromiso de que respetará los resultados de los próximos comicios es una bendición de Dios.
 
No nos asustemos, nuestra democracia a la mexicana está a salvo, nuestro país respira una vida democrática, nuestros índices sobre los valores democráticos están a la alza, somos de los primeros lugares en América Latina.
 
¡Qué más da!, la Presidencia de la República puede seguir gastando millones y millones de pesos en mandar hacer encuestas para luego pasársela a su candidata.
 
No nos sorprendamos, en Los Pinos habrá un cuarto de guerra adherente al PAN, con los 160 millones 897 mil 358 pesos gastados entre el 2007 y 2012, sobra para seguir midiendo al PRI y a las izquierdas.
 
Cuando llegue el momento empezarán a filtrar más encuestas, diciendo que Vázquez Mota ha alcanzado al puntero. Los del PAN se pondrán “retecontentos”, alzaran su vista al cielo y repetirán su frase: “yegua que alcanza, gana”.
 
Por lo mientras ¡que vivan los nuevos demócratas que nos han dado patria y un México mejor!
 
Lo último, la neta que esto sí me preocupa, tiene que ver con los jóvenes. No es por su futuro, sino por las actuales condiciones que viven y más cuando escucho chistes terribles como este: “cuando le preguntan a un chavo qué carrera quiere estudiar, ahora responden que quieren ser políticos o ‘narcos’”.
 
Me alarma lo que informa la OCDE en cuanto a que el mundo se encamina hacia una generación perdida de jóvenes, producto de las crisis económicas. “Obviamente estamos en peligro de que haya una generación perdida porque son jóvenes a los cuales les dijimos que si se preparaban mejor, les podía ir mejor en los mercados”.
 
La crisis provocó 14 millones más de pobres en los países que integran a ese organismo internacional. En el mundo hay 200 millones de desempleados, de los cuales 45 millones se encuentran en los países de la OCDE.
 
“Ahora al que le va a tocar remar es a México, porque de hecho no va haber crecimiento en los otros países que nos servían un poco para ir adelante, así es que vamos a tener que preocuparnos más por nuestra propia dinámica económica interna para poderle hacer frente a este periodo que viene que va hacer muy flojón, de crecimiento mediocre, con alto desempleo y alto niveles de déficit, así como una creciente desigualdad”, dice Gurría Ordóñez