Como dicen los sabelotodo de la política mexicana, la información es poder y saberla manejar da aún más. Ahora valdría la pena agregar que sembrar una idea para generar una percepción diferente, también es poder.
Los tres candidatos oficiales a la presidencia de la República piensan que los ciudadanos percibimos las cosas o la realidad al igual que ellos, que con sus juegos por el poder van a cambiar la credibilidad de la gente de un día a otro. Se equivocan.
Imaginan que todos nos levantamos pensando en su quehacer político, en lo que harán durante el día sobre sus precampañas o que estaremos al pendiente de sus declaraciones. Sin embargo, en estos momentos la mayoría de los mexicanos tienen otras “broncas” más duras que afrontar y su interés por lo que hacen poco les importa.
La percepción de los políticos profesionales y sus partidos sobre lo que hacen sus abanderados y la “grilla” que se vive, dista mucho de parecerse a la que tienen la mayoría de los ciudadanos.
Las escaramuzas entre ellos aún no calientan a nadie, tampoco se observan cambios bruscos. No hay nada nuevo que digan y aporten, salvo los “chismes” y el corredero de voz cuando de apronto aparecen publicados los resultados de alguna casa encuestadora.
Primero quisieron sembrar desde el gobierno federal que Josefina Vázquez Mota (PAN) ha alcanzado al abanderado priista y rebasado al “Peje”, para cambiar la percepción entre la sociedad.
Para estos momentos me es difícil comprender los actos y las declaraciones del PRI, algunos tienen que ver con la propia naturaleza de un partido viejo y experimentado, y otras parecieran muy oportunistas y de mera simulación política.
Pedro Joaquín Coldwell, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, se reúne con el presidente Felipe Calderón, esté le dice que “promoverá en todo momento un proceso electoral en estricto apego a la legalidad”.
Quisieron demostrar que hay diálogo “constructivo” y buena vibra entre ambos. El dirigente nacional priista lo dice todo: en el Revolucionario Institucional tienen confianza de que el gobierno federal contribuirá a un ambiente respetuoso y propositivo durante los meses por venir. Ni modo.
Mientras la precandidata presidencial del Acción Nacional, Josefina Vázquez, les acaba de decir al PRI y PRD, en una reunión que tuvo con exalumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) que cuando ve a otro aspirante que nombra a su gabinete, “pienso que suman como mil 500 años de edad”, que al observar cómo en otro partido se integra a su consejo político “a exgobernadores, algunos con historias terribles, pienso que suman como mil 500 años de prisión”. (Jajaja)
El mensaje lleva “línea” y quiere que percibamos que tanto Peña Nieto como López Obrador representan una burocracia de “viejitos” y otra de “corruptos”.
Pero bueno, allá el PRI si busca pactar con Calderón, tendrá que asumir sus consecuencias políticas. Nada les garantiza inmunidad e impunidad para algunos de sus miembros muy cuestionados por la derecha y el panismo.
Doña Josefina ha empezado a debatir y a lanzar bolas de fuego: “Ya no más ‘ladies de Polanco’, ni empresarios prepotentes, ni más tlatoanis”, “Fue vergonzoso, lo confieso, fue uno de mis días más difíciles y él sólo tomó protesta para obtener el fuero, que sólo le sirvió para darse a la fuga y no enfrentar un proceso legal”, “Nunca he tomado un peso que no me pertenece”, “En México, una que otra mujer no solamente sostiene el cielo, sino también a uno que otro marido”. Las palabras de Vázquez Mota empiezan a tomar forma y fondo, la estrategia para que los electores perciban a una mujer “luchona” y sin miedos empieza a funcionar.
En comparación con las posturas tenues de Peña Nieto, que dijo: “hay son tiempos de veda electoral” para eludir debatir desde ahora con la panista.
Pareciera ser que tanto el candidato del Revolucionario Institucional como el de las izquierdas, están compitiendo por ver quién es más bueno y generoso. Todo perdonan, su comportamiento es “ejemplo a tomar” y no se pelean con nadie.
Sin embargo, creo que la estrategia de la señora Vázquez Mota les está ganando terreno. Su mensaje empieza a pegar, viene de una mujer, simple y llanamente le llega al electorado. Se muestra humilde, más madura, muestra un rostro renovado. El cuidado estético le ayudó, su risa fingida ahí sigue, viste de blanco y sus ideas dan la percepción de que la puede hacer.