Fueron tres corridas, tres las del pasado fin de semana. Las tres estuvieron pasadas por agua, desde el molesto y jodón “chipi chipi” hasta los torrenciales aguaceros. La cosa inició en Xico, Veracruz, donde comenzó a llover desde el sorteo y entorilamiento, hasta el término de la corrida en la que a los dos de Fernando de la Mora, el navarro Pablo Hermoso de Mendoza les tumbó la oreja al primero y las dos orejas y el rabo al segundo, ante la euforia de un público admirable y entusiasta que literalmente abarrotó la plaza Alberto Balderas, por cierto, de manera total y muy funcional techada. La plaza resultó insuficiente, habiendo quedado fuera la misma cantidad de gente que llenó la plaza. Arturo Macias “El Cejas” —quien goza del cariño y afecto de la afición xiqueña, y que en ferias anteriores ha aparecido en dos tardes— deberá pensar seriamente si va a la feria de este año, pues aunque en Xico bien se le quiere, es ahí donde se le han ido dos toros vivos a los corrales, siendo este viernes la segunda ocasión que escuchó los tres avisos en su segundo —después haberle cortado una oreja a su primero— de la ganadería de San José, que de ahí fueron los de lidia a pie. El de Zacatecas, Armando Romero —quien actuó en sustitución de Alejandro Amaya— ha convencido a esa conocedora afición y bien pudiera aparecer acartelado en la feria de julio, aunque no pudo echar a su espuerta ninguna peluda. Al día siguiente, en la Feria del Petróleo, en Poza Rica, en la plaza desmontable que la casa cervecera que apoya al rejoneador Hermoso de Mendoza ha adquirido para facilitar sus actuaciones en lugares que no cuentan con plaza, ante lleno absoluto y bajo pertinaz lluvia Pablo ha cortado las cuatro orejas, obvio: dos a cada uno de sus enemigos, también de la dehesa de Fernando de la Mora. Y a pie, ante astados de San José, Fermín Spínola le tumbó una peluda a cada uno de sus enemigos. Otro José, de terminación “lito” y de apellido Adame, cortó las dos de su primero y por fallas con la toledana, ha perdido las dos orejas de su segundo, que ante la euforia de los feriantes y el mucho apreció que tuvo su toreo de capa, que también cuenta, pudo haber sido hasta un rabo. Los tres salieron a hombros, cuando la noche caía y la lluvia continuaba.
El domingo siguiente, después de accidentado y complicado viaje de Poza Rica para Apizaco, donde la amenazante lluvia cumplió puntualmente, y ante una plaza llena —pero llena también de conocedores, ganaderos y aficionados de alcurnia, que han salido con cierta desilusión pues las cosas— taurinamente no se han dado de la manera esperada y con la expectación que la presencia del Caballero en Plaza, Hermoso de Mendoza había despertado y quien a su primero, también de Fernando de la Mora, ha toreado con la maestría, temple y variedad de repertorio. Lamentablemente con la hoja larga de acero de manera horripilante y que el conocedor público no le perdonó, se “ha ido en banda”, literalmente “marro” en el primer intento. Pinchó en el segundo y medio rejón de muerte, para después descabellar y empezar a recibir las muestras de descontento del numeroso público que ilusionado acudió a verle. El acabóse vino después: desde la salida del segundo que dio unas cinco vueltas al redondel, y no precisamente por qué trajera “muchas patas” —como suele decirse— ni por ser muy avanto. Buscaba la salida, y si la encuentra, se nos va, dejando al navarro montado en los medios de la plaza. Lo “pior” vino después cuando el toro por fin vio al caballo y salió espantado como quien ve a guarura de político recién desempleado.
Pablo, aunque lucido, no pudo concretar el agrado del público y terminó en silencio con la sosera del De la Mora. Fermín Spínola resultó triunfador cortando las dos orejas de su segundo que fue de José María Arturo Huerta, igual que el primero de Spínola.
Y Juan Pablo Sánchez, quien viajó desde España para este compromiso cumplió con creces, mostrando sus buenas maneras convenciendo por el gran sitio que trae, pero no encontró colaboración de parte de los dos de La Estancia que lidió. Cabe decir que en total se recibieron y pasaron por la báscula de la plaza 13 bureles para seleccionar los que salieron por toriles. A los descritos agregue usted cuatro de San José, ganadería anunciada en el cartel que fueron rechazados, más uno de Pepe Garfías en los cajones como reserva.
Fotos: Juan Ángel Sainos López