El Instituto Federal Electoral descartó sancionar al virtual candidato del Partido Acción Nacional a diputado federal por el distrito 12, Néstor Gordillo, a quien el también aspirante al cargo —pero por el Revolucionario Institucional—, Pablo Fernández del Campo, denunció por promover su imagen en la portada de la revista 360 Grados y la colocación de espectaculares.
Si nadie sabía de la existencia del chiapaneco, al titular de la Secretaría de Desarrollo Social en el actual gobierno que encabeza Rafael Moreno Valle, Pablito le hizo el favor.
Y es que la desesperación del priista por incrementar su popularidad en la zona en la que competirá para convertirse nuevamente en legislador, pero ahora federal, lo lleva a cometer evidentes errores que no solo benefician a su adversario, sino que lo hacen quedar como un verdadero ignorante de lo que un candidato de elección popular no debe hacer, como —por ejemplo— darle importancia a las actividades de sus contrincantes.
El colmo es que Pablito es abogado, o por lo menos se asume como tal, y debió medir la consecuencia que su declaración tendría. Bien dicen que el miedo no anda en burro y aún sin dar inicio oficialmente a las campañas electorales, el exdiputado local mostró nuevamente su inocencia y candidez.
Néstor Gordillo disfruta desde su búnker de las ocurrencias de su principal adversario político, pues el exfuncionario estatal si algo necesita es publicidad y qué mejor que gratis.
Mi pregunta es, si Fernández del Campo iniciará su segunda campaña como aspirante titular, ¿no aprendió de la primera o cambió de asesores? Lo lógico habría sido que le preguntara a Blanca Alcalá o Juan Carlos Lastiri, candidatos priistas al Senado, por qué no procedieron contra Javier Lozano Alarcón quien —al igual que Néstor Gordillo— apareció en la mencionada revista.
Ni hablar, Pablito nuevamente “clavó un clavito”.