Definitivamente el PAN no tiene la menor idea de cómo hacer publicidad política. Están tirando al escusado una oportunidad única de moverle el piso a Peña Nieto.
La gente tenía expectativas respecto a Josefina Vázquez Mota y estas expectativas deberían haberlas cubierto en sus mensajes. Para cualquier publicista con cuatro neuronas activas, está claro que lo que hacia falta en sus mensajes era que ella no dijera lo que ella quiere ni lo que ve, sino lo que podría hacer por la ciudadanía —sin caer en lugares comunes—. Pero esto no ha sido así.
Para acabarla de joder, el tono de voz de sus discursos es de una monotonía espantosa, ya podrían haberla entrenado para que le pusiera más énfasis en lo importante, un poco de dulzura a sus deseos y energía a las críticas. El movimiento de sus manos es de una torpeza, como si barajara… En fin. La producción de sus mensajes da pana ajena, esos close up al rostro de Josefina parece que los hubiese hecho su peor enemigo. La iluminación y los colores de la “filmación” es lo menos optimista que he visto en mi vida. Todo es deprimente.
El buen hermano Francisco, reencarnado en AMLO, no sabe si va o viene. Le mienta la madre a medio mundo —eso sí, con mucho respeto, según él—. Les dice que son poco menos que alimañas a las que les tiende la mano de “hermano”. Quién %$%$@ç se lo va creer, tan es así que “ni a pujidos” sube en las encuestas. Su problema es grave porque si retoma su retórica de bravatas o deja de presentarse como el “anunciado” que redimirá a los mexicas, reafirmará la creencia de que ha venido actuando con hipocresía o de plano, que es bipolar.
La verdad es que a Peña Nieto —me guste o no— le están haciendo un trabajo de comunicación mejor que al de sus competidores, y está canijo que le ganen alegando que es maquillaje de Televisa y de las demás televisoras, porque suena a que “él si tiene lana y equipo y yo estoy jodido. Por eso, mejor no lo pelen”.